Y SIN EMBARGO SE MUEVE P. Félix Jiménez Tutor, escolapio..... |
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Como no nos bañamos dos veces en el mismo río tampoco rumiamos las mismas ideas y persistimos en las mismas convicciones del pasado. Frente a la quietud y la inmovilidad medieval, la velocidad y la revolución permanente son nuestro signo del zodiaco. A los que aún hablan de la teología perenne hay que recordarles que nada de lo que existe es estático y permanente, nada, excepto la muerte. El mundo cambia y la teología también. Sólo el evangelio de Jesús es eterno. Vivimos en una sociedad plural, todos conocemos personas de otras religiones, a bautizados que se dan de baja, a parejas que cohabitan y no piensan en matrimonio, a matrimonios del mismo sexo, a divorciados recasados múltiples veces… Hoy, a diferencia de ayer, no les sacamos el billete para el infierno, convivimos, los aceptamos y amamos. Todas estas revoluciones sociológicas, querámoslo o no, afectan a la teología y afinan nuestra visión del corazón humano, del mundo y de sus problemas. Pensar que más de la mitad de los católicos viven y aprueban prácticas que la vieja guardia aún anatematiza, produce vértigo. En la Iglesia católica parece que hay que jubilarse para atreverse a hablar y disentir. Daly, obispo de Derry, Irlanda, ahora jubilado, ha hecho pública su oposición al celibato. “Creo, afirma, que los curas tienen que tener la libertad para casarse si lo desean. El tema del celibato tiene que ser estudiado y con urgencia”. La supresión del celibato ahorraría a la Iglesia muchos problemas y escándalos. El obispo sabe que su opinión no coincide con la del Vaticano y Federico Lombardi, su portavoz, contestó inmediatamente diciendo: “la postura del Vaticano sobre el celibato es clara”. Clara o no, el tema no desaparecerá del radar del catolicismo mientras se mantenga. La Iglesia oficial vive en su quietud milenaria, pero la iglesia militante sin embargo se mueve y protesta. 337 curas austriacos, como Lutero hace casi 500 años, han hecho pública una “Llamada a la Desobediencia”. “La negación de Roma a emprender las reformas esperadas desde hace muchísimo tiempo y la pasividad de los obispos no sólo permiten sino que justifican que curas y laicos sigan su conciencia y obren con independencia”. La Iglesia oficial habla y los fieles, empapados del vapor abrasador de la sauna erótica y omnipresente de nuestro mundo, no escuchan esa voz que se les antoja irrelevante. Esta llamada está encabezada por el P. Helmut Schüller, antiguo vicario general de Viena y director de Cáritas. |