UNA TAREA PELIGROSA

   

Érase una vez un millonario que coleccionaba cocodrilos. Los guardaba en la gran piscina de su mansión.

El millonario tenía una hija que estaba soltera. Un día decidió dar una gran fiesta a la que invitó a todos los jóvenes de la ciudad para celebrar el cumpleaños de su hija.

Durante la fiesta hizo un anuncio y convocó a todos los jóvenes en torno a la piscina.

Mis queridos huéspedes quiero haceros a todos vosotros la siguiente propuesta.

Daré un millón de dólares o la mano de mi hija al joven que atraviese esta piscina nadando y salga ileso.

Tan pronto hubo pronunciado la última palabra, se oyó el sonido de una gran salpicadura de agua. Uno de los jóvenes atravesaba la piscina como un loco. La gente gritaba y aplaudía asustada y sorprendida.

El millonario dijo: “Muchacho, es increíble. Fantástico. Pensé que nadie lo podría hacer. Yo tengo que cumplir mi palabra y por lo tanto te pregunto, ¿quieres el millón de dólares o mi hija? Tú elijes.

El joven contestó: “No quiero el millón de dólares. No quiero a su hija. Sólo quiero saber quien es el hijo de p… que me ha tirado al agua.