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SOÑAR O NO SOÑAR P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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Dice un refrán que la filosofía es la disciplina que explica lo que todo el mundo sabe con palabras que nadie entiende.
Antes
de que se escribiera la historia de los relojes, antes de que
El tiempo, ese bien tan escaso, pone en movimiento el corazón con el primer tic tac y se despide con un último y silencioso tic tac. Breve paréntesis en esta historia milenaria de la que ni los calendarios lunares ni los gregorianos tienen noticia. Los hombres bebemos el tiempo en pasado, memoria de batallitas luminosas y humillantes, en presente, la vida en y para el presente, en futuro, pesadilla de la última salida. En este tiempo de felicidades presentistas, de colonias eróticas y de elongación del miembro del amor, todos disfrazamos nuestra edad. Tenemos 65 pero decimos sentirnos 55. La edad real y la subjetiva, bendita ilusión, cada día las distanciamos más. Según Pierre-Henri Tavoillot "se quiere disfrutar de la jubilación y permanecer joven. Se idealiza el tiempo de la infancia idílica mientras se espera la madurez autónoma. Nos tienta tanto la eterna juventud como el confort burgués". Los calendarios, testigos mudos e indiferentes, ignoran el tic tac del corazón, único sismógrafo que puede registrar los avatares del tiempo humano. Ya nos hemos bebido el 2007 como si de un cortado en la barra de un bar se tratara. ¿Cómo lo hemos endulzado? Hoy he sabido que la pregunta más cliqueada en Google este 2007, believe it or not, ha sido: Who is God?. ¿Quién es Dios? ¿Sorprendidos? Yo también. Las preguntas existenciales han preocupado siempre a los humanos de todos los tiempos. No tiene uno que ser estudiante de filosofía o ir para cura para interrogarse. Un estudio de Pew Internet Project demuestra que 64% de los Americanos conectados (hay 82 millones de internautas) han utilizado la red con fines religiosos o espirituales.
Pero
como primero es vivir y después filosofar, me imagino que en el
Los científicos dicen que dormimos porque necesitamos soñar. Y atreverse a soñar es soñarse eterno, más allá de los calendarios, más allá del veneno mortal del tiempo, más allá de la muerte. ¿Habrá Alguien que pueda poner en la hora nueva, la de la eternidad, el reloj del corazón? ¿Habrá Alguien que haga sonar el tic tac del corazón forever? I hope so. Soñar, Carlos, soñar Soria, novia que prepara su ajuar para unas bodas, siempre pospuestas, con la modernidad. |