POR FIN, UN CURA P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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Termina el 2009, el año de la crisis, de los piratas del Índico, de Kandahar, del cambio climático, de las celebridades destronadas y adúlteras y de Las Edades Económicas. Nosotros que hemos hecho del Progreso el sustituto de Dios, constatamos que el dios Progreso no ha conquistado ni la tiniebla que envuelve el mundo ni la que anida en cada corazón cuyo mapa secreto ningún GPS puede penetrar. Las buenas noticias se proclaman sólo en le telediario, sermón, dominical. Para nosotros, los Escolapios, termina el año con una buena noticia: por fin, un cura más. Oficio sin brillo social y sin remuneración económica es el menos buscado por los jóvenes. No sé si los comerciales televisivos anunciando este oficio sacrificado y adornado con la aureola oxidada del celibato produce resultados. Yo me ordené de cura en 1970, confieso que he sido muy feliz y hoy lo soy también. Han pasado 40 años y desde aquella fecha sólo dos sorianos se han ordenado de curas escolapios, Juan Lorenzo y el día 26 de diciembre Jesús Romero. Alegría sí, pero teñida de melancolía y de nostalgia, una gotita de agua en este océano turbulento. El job description del cura está llamado a evolucionar, a humanizarse, a asemejarse más a la manera de vivir de los hombres a los que sirve. Ahora que vamos a abrazar a los curas anglicanos tal vez nos enseñen a ser servidores de Dios y buenos padres de familia. Elegir el oficio de cura es una carga y un honor. Una carga, perdido el estatus social y convertido en mero ciudadano, el cura predica su verdad en el desierto y vive con inquietud la responsabilidad de encontrar su voz, la que haga vibrar a los católicos y atraiga a los alejados. Un honor, sirve al mejor jefe que no está necesariamente en el Vaticano ni en el dios Progreso, sirve al Dios totalmente Otro, el único que puede conquistar la tiniebla del corazón. Espero que la cosecha del 2010 sea más generosa y arroje a las profundidades del océano todas las crisis, la económica, la social, la militar y la religiosa. |