De nuestros lectores

 

   ORACIONES PARA

CUARESMA

   

Qué bueno es estar en el silencio
Sintiendo tu presencia nada más.
Saber que yo te miro y tú me miras,
Saber que tú me entiendes sin hablar.


¿Por qué no renunciamos al orgullo,
Que cierra nuestras almas ante ti,
Inútil pretensión de hacerlo todo,
Si al fin hay que aprender a recibir?


¡Qué bueno es estar mirándote, Señor,
Y sólo con mirarte descansar!
Qué suave la armonía que nos llega
Si abrimos nuestras almas a tu luz,
Si allí donde terminan nuestras fuerzas
Seguimos recordando que estás Tú.


Qué bueno este silencio que nos une
A todo lo creado y nos da paz
Así como sintiendo el infinito
Abrazo original de tu amistad
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2. SEMANA SANTA

 

¿Sabes cuál es la semana Santa más bonita?
No la de Jerusalén, o la de Roma, o la de Sevilla, o la de tu pueblo.
Es la Semana Santa que logra acortar las procesiones,
Que consiga quitar algún paso o alguna estación del Viacrucis:
Algún azote menos o alguna espina menos,
Alguna hora menos de agonía y de tortura,
Menos caídas y menos lágrimas, menos expolios,
Menos crueldad y menos injusticia,
Menos sed y menos abandono.
Dedícate a abreviar los días y las horas de la Pasión,
Para que lleguen antes y sean más largos los días de la santa resurrección

 
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3. SIN EL ESPÍRITU

 

Dios es una idea -¡qué frío!-
Cristo es superstar -¡qué pequeño!-
La Iglesia, una gran estructura -¡qué miedo!-
El Evangelio, un relato primitivo -¡qué pena!-
La liturgia se convierte en rúbrica -¡qué rutina!-
La oración en fórmula interesada -¡qué vacío!-
La predicación en lección aprendida -¡qué aburrimiento!-
La catequesis en catecismo -¡qué aburrimiento!-
La caridad en paternalismo -¡qué caricatura!-
Cáritas en una ONG más -¡qué pobreza!-


PERO CON EL ESPÍRITU
Dios se hace soplo vivificante –hasta los muertos resucitan-
Cristo es presencia permanente –nos contagia la Pascua-
La Iglesia, comunión y profecía –sacramentos de Cristo-
El evangelio es buena noticia –las Bienaventuranzas-
La liturgia, salvación actualizada –vida nueva-
La oración, expresión de amor –empatizando con Dios-
Los sacramentos, ritos de gracia –latidos del corazón de Cristo-
La predicación, palabra liberadora –consuelo y esperanza-
La catequesis, palabra entrañada –encarnación progresiva-
La caridad, toque del gran Amor –y Dios presente-
Cáritas una mano amiga –nueva razón para la esperanza.

Cáritas una mano amiga –nueva razón para la esperanza.,

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4. ¿POR QUÉ NO ME UTILIZAS?

 

Dices que soy manantial y no vienes a beber, sediento.
Dices que soy vino bueno y no te embriagas, hombre triste.
Dices que soy música y no te oigo cantar.
Dices que soy aceite perfumado y no te unges.
Dices que soy fuerza divina y no me utilizas, débil.
Dices que soy paz y no escuchas el son de la flauta.
Dices que soy consolador y no me cuentas tus penas.
Dices que soy don y no me abres tus manos, pobre.
Dices que defiendo a los pobres y tú te apartas de ellos.
Dices que soy libertad y no dejas que mi viento te empuje.
Dices que soy amor y no dejas que te ame.
Dices que soy testigo y no me preguntas.
Dices que soy huésped y no me escuchas y acompañas.
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5. UNA EXTRAÑA PETICIÓN


Dame, Dios mío, lo que queda.
Dame lo que no te piden nunca.
No te pido descanso,
Ni tranquilidad de alma o cuerpo.
No te pido riquezas,
Ni éxitos, ni siquiera salud.
Todo esto, Señor, te lo piden tanto
Que ya no debe quedarte nada.
Dame, dios mío, lo que te queda.
Dame lo que no te aceptan:
Obstáculos, tormentas.
Y dámelo, Señor, definitivamente,
Para siempre,
Porque luego ya no tendré humor para pedírtelo.
Dame, Dios mío, lo que te queda.
Dame lo que otros no quieren.
Pero dame también el valor, la fuerza y la fe.
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6. LÍBRANOS


Líbranos, Señor, de la tentación de querer llegar a la meta sin hacer el camino, llegar al éxito sin el esfuerzo.
Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino con el aplauso, de hacerlo cuando los demás nos ven.
Líbranos, Señor, de la tentación de dar un rodeo cuando en el camino nos encontramos con el hermano herido, desnudo, abandonado.
Líbranos, Señor, de la tentación de querer hacer el camino cargado de cosas y más cosas o viviendo de apariencias.
Líbranos, Señor, de la tentación de querer vivir la vida prescindiendo de tu voluntad y sobre todo, prescindiendo de tu amor.

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7. SED DE DIOS

Qué tesoro tan grande nos has dado, Señor, el tesoro de la sed. Nos has hecho sedientos, insatisfechos, con sed de muchas cosas: sed de agua, de riqueza, de felicidad, de poder, de amor, de justicia.
La Samaritana refleja nuestra sed de encuentro, sed de amor, sed de Dios.
Tú, Señor, eres el manantial de agua viva que sacia nuestra sed, por eso te buscamos como la cierva busca los torrentes de agua. Estamos sedientos de ti, Señor.
Tú permites que no estemos limpios del todo para que así tengamos necesidad de lavarnos en tu agua redentora.
Bien quisiéramos llevar nuestras manos limpias de pecado. Escucha nuestra oración, Dios, danos un corazón puro, lávanos y quedaremos más blancos que la nieve.
Queremos contarnos entre los limpios de corazón, aunque queden restos de porquería en nuestras manos y llevemos los pies manchados de inquietud.
Danos, Señor, sed de ti. Danos sed de los que tienen sed de amor.
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8. ABRIR LOS OJOS A LA FE

 

Señor, que vea, que vea tu rostro en cada esquina. Que vea reír al desheredado con risa alegre y renacida. Que vea encenderse la ilusión en los ojos apagados de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos, ocultos, pero infatigables, que construyen milagros de amor, de paz, de futuro. Que vea oportunidad y llamada donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada cierra los infiernos del mundo. Que en el otro vea a mi hermano, en el espejo un apóstol, y en mi interior te vislumbre.
Porque no quiero andar ciego, perdido de tu presencia, distraído por nada, equivocando mis pasos hacia lugares sin ti. Señor, que vea, que vea tur rostro en cada esquina.

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