OBAMA, SIGNO DE CONTRADICCIÓN

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

   

 

Los presidentes europeos sabemos que son conservadores o socialistas o liberales, pero no sabemos nada de sus creencias religiosas.

La religión, si profesan alguna, es asunto privado, nunca exhibido como un activo o pasivo.

Tony Blair fue y es la excepción. Habla de su fe en foros diversos y hasta discute de religión con los ateos en programas de televisión.

América es otra historia. Sus presidentes, además de arroparse con la bandera, se adornan con citas bíblicas.

A Bill Clinton, Biblia en mano, lo veíamos salir de la iglesia los domingos.

George Bush, ungido por Dios, predicaba más que cualquier Reverendo.

¿Y Obama?

Obama es signo de contradicción para los ciudadanos americanos.

Unos creen que es musulmán, su padre lo era, su segundo nombre Hussein lo refuerza y su infancia en Indonesia, país musulmán, parece darles la razón.

Otros piensan que es un hipócrita, un charlatán, un fraude, un socialista, que no tiene ninguna religión. De hecho no se ha afiliado a ninguna iglesia en Washington, a pesar de que todas las iglesias negras le esperaban como  maná llovido del cielo.

Los ateos dicen que no les interesa saber lo que cree y que no tiene que convencerles de que es un buen americano por ser un hombre religioso.

Los judíos, que no creen en la divinidad de Jesús, se ofenden porque les da la tabarra hablando de Jesús más de la cuenta.

Hace unos días en el famoso National Prayer Breakfast, en el 2010 asistió un fervoroso Zapatero, Obama afirmó con toda solemnidad: “Mi fe cristiana ha sido una fuerza que me ha sostenido durante los últimos años y tanto más cuanto Michelle y yo oímos que nuestra fe se cuestiona una y otra vez”.

Todo comenzó para Obama, según su propio testimonio, 20 años atrás cuando comenzó a trabajar como community organizar, dando voz a los miembros de las iglesias para que con poder confrontaran el poder en la solución de sus problemas.

Desde esa plataforma “conocí a Jesús por mi mismo y lo abracé como “my Lord and Savior”, como mi Señor y Salvador, fórmula emblemática de los evangélicos, de los born again christians.

Concluyó su sermón con la oración con la que concluye su día.

“Sirvo al Señor y le pido que me perdone los pecados, que cuide de mi familia y del pueblo americano y que me haga un instrumentos de su voluntad”. Amén

Escándalo para los europeos curados de la enfermedad de la religión, pero para muchos americanos invitación a confiar en el Jefe y a votarle.