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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B Trigésimo cuarto Domingo - Solemnidad de Cristo Rey P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Hoy, terminamos el año litúrgico con la fiesta de Cristo Rey, el vencedor, el Señor. Hoy, rendimos homenaje al que le pertenecen, desde siempre, el poder, el honor y la gloria. Hoy, nosotros nos ponemos al servicio del evangelio y llevamos su mensaje de amor a todos los hombres. Hoy, nosotros celebramos su reinado con cantos y alabanzas en esta asamblea eucarística. Entonemos el canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA Daniel escribe a una minoría perseguida y necesitada de esperanza. Cuando dice que vio a uno como “hijo de hombre” se le ensancha el corazón. Reconoce en ese Hijo del hombre a alguien que va a defender y liberar al pueblo. En su victoria está la victoria y la salvación de todo el pueblo. Su señorío no pasará nunca. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Esta palabra del libro del Apocalipsis es un hermoso canto a Jesucristo: el testigo fiel, el primer resucitado, el principio y el fin, el rey de reyes, el que ha hecho de su pueblo un pueblo sacerdotal para servirle y darle gloria. Nuestra presencia aquí es nuestro canto de adoración y de alabanza a nuestro rey. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN AL EVANGELIO Jesús nos habla de su reino que nada tiene que ver con las vanas pompas de este mundo, un reino que nace en el corazón de los que escuchan la verdad de Dios, un reino sin poder, el poder más grande es el del amor. El corazón de Pilato se cerró al amor y a la verdad de Jesús. Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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