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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A Vigésimo octavo Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos todos al banquete del Señor. Cada domingo es fiesta, es el día de las bodas del Señor con su pueblo, con cada uno de sus hijos. Hoy, nos hemos reunido los invitados por el Señor a celebrar nuestra boda con el Dios amor. Un amor que nos ata a Dios y a los hermanos. Hagamos fiesta y preparémonos para dar un “sí” al Señor y un “sí” a los hermanos. Entonemos el canto de entrada. PRIMERA LECTURA El Reino de Dios es universal, una llamada a todos los pueblos a dejarse vestir de gloria y consuelo por el Señor. Su presencia y su poder tienen que sentirse en esta celebración gozosa. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA Pablo expresa su confianza en Dios. Pablo, entrenado para hacer frente a todas las situaciones de la vida, nos confiesa con sencillez que “todo lo puede en Aquel que lo conforta”. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO El banquete del Señor está siempre preparado. Sólo faltan los invitados. Usted y yo estamos aquí en este día. La invitación nos ha llegado a cada uno de nosotros por conductos diferentes, pero aquí estamos. Inviten a sus hijos y a los amigos al banquete dominical. Escuchemos la proclamación de la Palabra del Señor. ORACIÓN DE LOS FIELES
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