MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO C

 Cuarto Domingo de Adviento

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Miqueas 5,2-5; Hebreos 10, 5-10; Lucas 1,39-45

ENTRADA

Bienvenidos todos a la celebración de la Eucaristía en este cuarto domingo de Adviento.

Estamos todavía en la sala de espera. Es tiempo de ansiedad y de silencio, de oscuridad y de oración. La noche santa no ha llegado aún, pero la preparamos con fervor. El Adviento continúa. Olvidemos los comerciales y escuchemos el anuncio gozoso de la liturgia: el Señor nace y viene. Recibámosle en la posada limpia de nuestro corazón.

Entonemos juntos el canto de entrada.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

El profeta Miqueas nos recuerda la manera cómo Dios actúa. Elige un pueblo insignificante, Belén, para el nacimiento de Jesús.

Miqueas, desilusionado con los reyes de Israel, anima al pueblo a esperar la venida del Mesías.

La comunidad cristiana ve cumplida las profecías en Jesús, príncipe de la paz. En esta espera los cristianos tenemos que ser los constructores de la paz mesiánica.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

Esta palabra de la carta a los Hebreos une el pesebre de Belén con la cruz del Gólgota, une el nacimiento y la muerte.

Jesús viene a nosotros como el siervo obediente. Hacer la voluntad del Padre es lo único que le importa.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

Bendita eres María entre las mujeres.

Bendito el fruto de tu vientre.

Bendita eres porque has creído.

A través de María, Dios se hizo presente en el mundo. Nosotros los creyentes estamos llamados como María a albergar la presencia divina de Dios en nuestros corazones.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos por la Iglesia para que podamos escuchar las promesas hechas por Dios y vivir nuestras vidas con confianza y con paz.

Oremos por los que sufren para que experimenten la compasión y la ternura del Dios que viene.

Oremos por esta comunidad de fe para que sepa acoger y apoyar a todos los que se sienten indignos y rechazados.

Oremos por los que formamos la iglesia del Pilar para que experimentemos la presencia salvadora de Dios y la compartamos con los hermanos.

Oremos por los difuntos de nuestras familias y (nombres…) para que Dios loes acoja en sur Reino de vida y felicidad.