EL LIBRO DESCONOCIDO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.

 

 

Confieso mi ignorancia pero hasta ayer no conocía la existencia del Anuario Pontificio. Libro que se publica cada año. Más de dos mil páginas llenas de nombres y de números. Y dicen que está a la venta.

Radiografía anual de la iglesia católica, éste debe ser uno de esos libros que se publican no para ser leído sino para decorar la estantería de algún canónigo ocioso.

Pierre Bayard en su libro "¿Cómo hablar de los libros que no ha leído?" afirma que no hay que sentir vergüenza de hablar de ellos porque "los libros no han sido escritos para ser leídos sino para vivir con ellos".

L’ Osservatore Romano, el 12 de febrero, publicaba un boletín dando a conocer los números de la catolicidad para el año 2004-2005. Números que previamente el cardenal Tarsicio Bertone, Secretario de Estado, había presentado a Benedicto XVI.

Ahora todo se mide y se cuenta. El libro más vendido, el programa más visto, la audiencia del Heraldo Soria… El viandante cuenta sus pasos y sus pulsaciones y hasta las mujeres son medidas y pesadas.

Todos pendientes de los números.

En la iglesia católica, especialmente en la española, existe un demonio muy ocupado y muy temido, el demonio numérico. Este demonio está pidiendo un exorcismo. A Dios no le sirven los números sino el amor.

En el año 2050, España habrá dejado de estar en la lista de los diez países más católicos del mundo para ser superada por el Congo, Uganda, Nigeria… y perderse en la bodega de la lista.

Me imagino el Anuario Pontificio, mi libro desconocido, como el informe de un banco a sus accionistas. Nada apetitoso y muy embellecido.

L’Osservatore Romano, haciéndose eco del Anuario, publicaba los números más significativos.

El número de católicos en el mundo ha pasado de 1.098 millones a 1.155 millones. El número ha engordado un 1.5%, cercano al crecimiento de la población mundial que fue 1.2%

África con un 3.1% y Asia 2.7% han sido los continentes que han hecho posible la crecida de este caudal numérico.

El número de sacerdotes, en ese año, era de 406.411. Asia (3.80%) y África (3.55%) son ahora el nuevo vivero vocacional. Europa está en números rojos.

En el 2005 de cada 100 candidatos al sacerdocio 32 eran americanos, 26 asiáticos, 21 africanos, 20 europeos y 1 de Oceanía.

En el 2006 se erigieron 12 nuevas diócesis y se nombraron 180 obispos.

La buena noticia es que, a pesar de las crisis, de los enemigos externos e internos, los números son magníficos.

La mala noticia, de todos conocida y en muchos foros discutida, es que en este masivo ejército muchos son sólo número, sin misión, sin armas, sin convicción y sin poder.

Todavía oigo a algunos de mis feligreses definirse como "católico, apostólico y romano". Según estos números la iglesia tendrá, en un futuro no muy lejano, que desnudarse de sus ropajes europeos y revestirse con los colores vivos y la bulla gozosa de ultramar y sobre todo tendrá que "desromanizarse".

El demonio numérico que, por estas tierras, nos hace fruncir el ceño, baila y sonríe por países lejanos y desconocidos.
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