LARGA VIDA O VIDA NUEVA

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio...

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Deja de adorar a Dios y adorarás un personajillo o te contentarás con tu imagen decepcionada y decepcionante.

El tiempo huye e intentamos almacenarlo en vitrinas climatizadas, en museos y cementerios.

El tiempo es asombro y aniquilación. El tiempo es el cáncer de la vida, el pecado original con el que todos nacemos y no hay bautismo que lo redima.

Expira el 2005 en el hospital del mundo. Congregados en plazas, los hombres celebran su muerte con exuberancia lujuriosa como el que va a heredar una inmensa fortuna. Y celebran el nacimiento del Año Nuevo, 2006, cifra que nada significa. Abrazos y besos, uvas y cava, felicitaciones y la consigna ritual: Año Nuevo, Vida Nueva. Sonido y furia de la banalidad embalsamada.

El calendario del 2006 será nuevo pero ¿podrá la Vida ser Nueva?

El calendario sigue su velocidad de crucero sin perturbarse.

La brújula señala el norte porque sí y el hombre bebe el tiempo sin pensar.

Los antiguos invitaban a vivir la vida sub specie eternitatis.

Los posmodernos la viven como presente, sin objetivos ni sentido, ignoran el pasado y el futuro es una x que no hay que despejar.

Dejemos a los dioses en su eternidad dorada y vivamos el hoy entusiasmados por todo y por nada.

A pesar de la indiferencia reinante, no hay militancia digna, cada uno quiere ser un ejército de uno, todos hacemos propósito de la enmienda y nos fijamos metas cortas que nunca alcanzaremos.

Los médicos, además de recetar Viagra, tienen su propia letanía que recitan con la misma monotonía de los curas: ejercicio: cuatro vueltas diarias a la Dehesa; los diez mandamientos se resumen en uno: no fumarás; comida sana: verduras y frutas; apúntese a AA. La gente es muy obediente. Más que una Vida Nueva quieren Larga Vida.

Yo, nada preocupado por la Larga Vida, predico la Vida Nueva.

Vida Nueva, escarda de las malas hierbas del corazón y siembra de nuevas semillas.

Yo, también, tengo mi receta en la que no hay pastillas. La Vida Nueva exige preocupación por el aquí y el más allá, fidelidad a la tierra y mirada más allá de las estrellas, felicidad en este mundo y gloria en el cielo.

La Vida Nueva es una vida re-imantada, re-orientada.

En este tiempo narcisista, nada de lo que es humano me interesa, el universo empieza y termina en el Yo, re-orientar la aguja de la existencia es prioridad number one.

Flechas, señales y luces indican la dirección a los conductores.

Mi tarea es sembrar pistas, colocar señales y disparar flechas que orienten la vida humana hacia el blanco final, la Vida Nueva en el mundo nuevo junto al que es siempre joven y nuevo.

Los Budas sólo indican el camino.

El Señor del tiempo se hizo tiempo, se hizo compañero y se hizo vencedor de la desesperación de ser sólo tiempo.

A Todos y a Todas, simplemente, Bendición y lluvia de abundantes bendiciones para el 2006.

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