LA REGLA DE ORO P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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Hablar del matrimonio no es tarea fácil. Llevamos siglos definiendo el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer y como no hemos conocido otra cosa son muchos los que no pueden aceptar otras posibles definiciones. En España el matrimonio homosexual es legal desde 2005 y no ha caído fuego del cielo para destruir las nuevas Sodomas. Algo evidente hoy es que amor y procreación no van unidos. Las parejas viven su intimidad y sus amoríos sin engendrar hijos durante años. Millones de niños nacen por la fertilización in vitro. Los patriarcas bíblicos eran polígamos. José y María, la familia ideal, el matrimonio josemita, vivieron sin sexo, increíble pero…. Barack Obama ha estado dos años deshojando la margarita, evolucionando, y la víspera de la cena en Casa Clooney, a cuarenta mil dólares el cubierto, hizo una declaración histórica. Es el primer presidente americano que se atreve a decir que los homosexuales” deberían poder casarse”. “Michelle y yo somos cristianos practicantes”, necesita rebozar su afirmación con un vocabulario religioso, y desde la fe creemos que la Regla de Oro “tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros” debe aplicarse a todos, incluidos los homosexuales. Más allá de lo que dice el libro del Levítico o la carta a los Romanos el mensaje central de Jesús es el de la dignidad humana, el de la justicia y la compasión. También la Biblia es clara en la justificación de la esclavitud y no por eso la aceptamos. Barack Obama, cristiano bíblico, se desayuna con la Biblia, ha lanzado a la campaña electoral uno de los temas sociales más polémicos, el matrimonio homosexual. Partidario tibio de las uniones civiles, la pedían más claridad. Por fin ha dado un paso al frente y ha proclamado a los cuatro vientos su aceptación del matrimonio homosexual. ¿Gana o pierde votos? Obama sabe que gran parte del país se siente incómodo o se opone al matrimonio gay. Los púlpitos de los Reverendos negros han ardido estos domingos denunciando el “pecado”, mientras otros púlpitos han ardido de alegría porque Obama, nuevo Jesús, acaba de derribar el último muro contra el amor. La Biblia, que no es un libro de teología ni de moral, que no es un libro congelado, estático e inmutable, que tiene que ser puesto al día para no caer en la irrelevancia, hablará a partir de ahora y a lo largo de la campaña con múltiples voces, cacofonía santa, que nada determinará. Obama ha telefoneado a ocho Reverendos negros influyentes para asegurarse, si no su comprensión, sí su amistad y su apoyo y el de sus feligreses en las urnas. Los temas sociales son los más apasionantes y apasionados, pero, al final del día, lo que importa, lo que cuenta y lo que vota es la economía.
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