EXPERIENCIA EXTRAVAGANTE O EDIFICANTE

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

En Soria no pasa nada. Sólo pasa un año, exactamente un año, para ser citado por la Seguridad Social.

Vivir, aquí, acontecimientos apocalípticos cuando no hay ni terremotos, ni tornados, ni lluvia ácida, ni contaminación, ni osos polares, es el sueño imposible.

En Soria todo está en su sitio, tranquilo e impoluto.

Los predicadores, no por falta de imaginación sino por ausencia de evidencia, no podemos anunciar inminentes castigos a unos ciudadanos más que satisfechos.

Sólo el dúo dinámico de IDES, en vena apocalíptica, ha querido amenazarnos con los cuatro jinetes del Apocalipsis sembrando plagas y muerte por el idílico Valonsadero.

Podemos ignorar a los profetas de la catástrofe final y dedicarnos a nuestros hobbies.

Yo que ya no estoy para hacer body building hago surfing por la red, culturismo del espíritu.

Mr. Jacobs, durante un año, no por hobby sino por encargo, intentó vivir literalmente los cerca de 800 mandamientos y normas prescritas por la Biblia.

Esa experiencia, extravagante o edificante, la cuenta en el libro encargo: The year of Living Biblically, El año de vivir Bíblicamente.

Tarea para Sísifos. Si lo consiguió será el primer judío pasado, presente o futuro en vivir la perfecta obediencia a la Ley.

A nosotros que nos trae de cráneo un solo mandamiento, el sexto, con sus 800 prohibiciones, no estamos armados para enfrentarnos a los otros 800 mandamientos con sus múltiples interpretaciones.

Además, el seguro perdón del Buen Dios nos ahorra el trabajo de vivirlos literal y figuradamente.

Mr. Jacobs, judío de nacimiento y agnóstico de profesión, se tomó en serio este encargo para, según él, comprender mejor una visión del mundo compartida por muchos millones de americanos y porque vivir la religión es mejor que estudiarla en las aulas, en los libros o en los sermones.

La Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, es un batiburrillo de normas contradictorias. El intento de cumplirlas todas, ya sea cómico o sincero, no deja de ser noticia que sorprende a los espectadores.

¿Cómo apedrear, hoy, a las adúlteras?

¿Cómo no desear ni la mujer, ni el coche, ni la cuenta corriente del prójimo?

¿Cómo evitar durante un año la mentira, el cotilleo cotidiano, y el robo?

¿Cómo amar al Dios en el que no creo?

¿Cómo alabar al Señor cuando sólo conozco al Señor de los Anillos?

¿Cómo rezar cuando nunca se ha rezado?

A pesar de nuestras preguntas y de nuestra incredulidad, en la vida todo se hace por dinero, este "agnósico reverente" cree haber cumplido el reto y haber encontrado materia virgen para su libro.

La experiencia más que quijostesca no le ha convertido pero le ha dado sabiduría.

Y confiesa: "Ahora creo que, exista o no exista Dios, hay algo sagrado. La vida es sagrada. El sábado puede ser un día sagrado. La oración puede ser un rito sagrado. Hay algo trascendente más allá de lo cotidiano. Tal vez sean los mismos humanos los que han creado lo sagrado, pero eso no le quita ni su poder ni su importancia".