C I T A S   P E L I G R O S A S

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.

 

 

Las citas nos delatan.

A todos nos gusta, elegancia cultural, citar escritores y filósofos célebres o el último libro leído. Las citas reflejan nuestros gustos, opiniones y convicciones y, en ocasiones, delatan hasta nuestra edad.

Cuentan que Unamuno, en sus tiempos de opositor, disertaba muy sabiamente sobre todos los sistemas filosóficos. Terminada su exposición decía, "pero Yo opino"…

Jesús de Nazaret, según los evangelistas, hablaba con autoridad. "Habéis oído que se dijo a los antiguos, pero Yo os digo"…

Lo suyo no era escupir erudición.

Ahí, en el "pero Yo digo" nacen todos los herejes, los mensajes originales, los mártires.

Todos los demás son meros ventrílocuos.

Benedicto XVI, el Papa que sabía demasiado, ha sido víctima de sus citas.

En la Universidad de Ratisbona, meses atrás, citó al Paleólogo, emperador bizantino, y el mundo musulmán ardió por los cuatro costados.

Cita citada por todos los periódicos del mundo y que costó la vida a una monja.

Ahora, en la Roma de los Césares, ha sufrido un revés, años atrás, inimaginable.

Las puertas de la Universidad de la Sapienzia, fundada por el Papa Bonifacio VIII en 1303, se le han cerrado por causa de otra cita maldita.

Feyerabend, filósofo alemán que no aparece en ninguna historia de la filosofía, afirmó que "el proceso de Galileo fue razonable y justo".

Benedicto XVI, amante de las citas con intención, en uno de sus discursos recordó la afirmación del oscuro y olvidado filósofo y algunos profesores y alumnos de la Sapienzia le han recordado al Papa, una vez más, que las citas peligrosas son muy malas compañeras de viaje.

A los políticos se les juzga por su manera de votar en las Cámaras, a Benedicto XVI por las citas en sus discursos.

A pesar de que el ministro del interior italiano ofreció al Vaticano todas las garantías de seguridad, el Papa rehusó la invitación.

Por primera vez las protestas de un grupo minúsculo impidieron que Benedicto XVI perorara en directo en el corazón de la Universidad.

Un Papa abucheado en vivo, ante las cámaras de televisión, ¿habría sido el gran triunfo de los enemigos de la libertad de expresión?

Los personajes públicos, reyes, presidentes, políticos…experimentan diariamente las iras de la gente. Humillación saludable y necesaria. ¿Por qué han de cosechar sólo los halagos y los aplausos?

El 17 de enero, en ausencia del Papa, el profesor de matemáticas Mario Marietti puso voz al mensaje del Papa.

Terminada la lectura, los aplausos y los vivas resonaron por toda la Sapienzia y los ecos balsámicos seguro que llegarían hasta el Vaticano.

"Una Universidad tiene la obligación de permanecer libre, tolerante y abierta" declaró su rector Renato Guarini e invitó al Papa a una próxima visita.

Benedicto XVI ha sido también noticia estos días por sus gustos litúrgicos.

El Papa que dio luz verde a la celebración de la misa tridentina, en latín y de espaldas al pueblo, tenía que dar ejemplo.

El 13 de enero, 2008, Benedicto XVI celebró la misa en la Capilla Sixtina y lo hizo tridentinamente, de espaldas al pueblo. La coartada según de la curia vaticana fue "para no alterar la belleza y la armonía de esta joya arquitectónica".

Esto no fue una cita, sí un gesto que simboliza la nostalgia de resucitar una liturgia ya embalsamada.