ALQUILAR UN CURA

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

La madre de Louise Hagget estaba aparcada en una residencia de ancianos.

Antes de llegar a la Última Salida de la autopista de la vida, Louise, católica, quiso ofrecer a su madre los consuelos de la religión: viático, unción de enfermos, conversación con un cura, oración…

Aparentemente todos estaban muy ocupados y, agotadas las llamadas y las visitas a las sacristías, no pudo conseguir ningún cura.

Son muchos los católicos que, aunque desenganchados de la religión organizada, desean la presencia de un cura en momentos puntuales de su viaje vital: divorciados que inician una nueva relación, gays que piden una bendición para su unión, enfermos ante una seria operación, soldados frente a un destino bélico o humanitario… Rosario de situaciones despreciables para la rígida burocracia eclesiástica que da por perdidas esas ovejas negras.

El hambre de espiritualidad y de trascendencia, calambre sentido al margen de la religión, es experimentado por muchas personas que desean satisfacerlo en el ámbito religioso en el que se han educado.

Louise Hagget sin cura oficial pensó en los curas aparcados en idílico matrimonio, pero siempre curas. Y creó la página www.rentapriest.com (alquile un cura). Las Páginas Amarillas de Dios.

Larga lista de nombres de ex -curas que ofrecen su ministerio a los católicos que, por razones mil, no tienen acceso a lo oficial. Y a los católicos que, por falta de curas, no ponen peros a los curas de siempre, célibes o casados.

Estos días de Semana Santa muchísimos pueblos de nuestra provincia no han abierto las puertas de sus iglesias. Sin oficios, silencio monacal.

¿Los han echado en falta?

¿Alguien ha sentido hambre religiosa y se ha trasladado a la iglesia más cercana?

¿Alguien ha consultado las Páginas Amarillas de Dios?

¿Alguien ha lanzado un mensaje en una botella río Izana abajo?

Los católicos americanos más prácticos y más nostálgicos siempre encuentran la salida del laberinto. Si la iglesia oficial les desprecia y margina, siempre queda la iglesia fronteriza encantada de poner la guinda religiosa a cualquier aventura humana.

La Páginas Amarillas de Dios funcionan.

¿Se imaginan ustedes a algún católico soriano alquilando un cura de las Páginas Amarillas de Dios? Yo, no.