ABRIR LA CAJA FUERTE

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio...

,  

 

El Código Da Vinci, novela de estación de ferrocarril o aeropuerto, más milagro que la multiplicación de los panes, no celebrará su 500 aniversario como el Quijote y no hará sombra a los clásicos americanos a pesar de las ventas millonarias.

Yo soy una de esa 50 millones de personas que, por estar al día y consejo de un amigo, compró el libro. Me sumergí en la caza del asesino y me olvidé de las cuestiones teológicas y, aunque sorprendido de ver el Opus Dei enredado en la trama criminal, no le di mente. Nada nuevo bajo el sol, pensé.

Los amores carnales de Jesucristo y María Magdalena, viejo rumor de ángeles, salían a la superficie, ¡qué fastidio!, otra vez. Jesucristo, según la carta a los Hebreos, fue semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado.

A un alumno mío de la ESO le parece imposible que yo, ojos azules y pelo bueno, no haya tenido relaciones carnales con nadie y me suplica, júremelo, y aún así no me cree. Por lo menos, insiste, no me negará que alguna vez se la ha…

A muchos impíos les pasa lo mismo e imaginan a Jesús, el hombre, atrapado en un ligue misterioso y con unos descendientes secretos e influyentes pero sin apellidos.

El Código Da Vinci cree haber abierto la caja fuerte cuya combinación secreta se llevó el emperador Constantino a la tumba.

Dan Brown, detective fantástico, con la ayuda de los evangelios gnósticos, nos abre la caja fuerte, nos descifra el código secreto de lo sagrado femenino y del Opus Dei y nos invita a asomarnos al interior de la caja fuerte, gigantesca y maravillosa, pero vacía de misterio y de divinidad. "Todo lo que os han enseñado es mentira". Y con la megafonía de los medios de comunicación, a todo volumen, ha aireado doctrinas, teorías, sospechas, herejías, tan viejas como el cristianismo. Lo que antes era parcela de un grupo de iniciados, hoy, es chisme de peluquería. Mundus vult decipi.

La caja fuerte abierta, la Iglesia cómplice desenmascarada, el código descifrado y, por fin, la verdad al alcance de todos. Sólo nos falta ponernos en peregrinación hacia la iglesia Saint-Sulpice de París donde se nos aclarará todo.

Leer exige disciplina, curiosidad activa, sentadas solitarias, tiempo crítico… y guiados por radares distintos cerca de 50 millones de lectores han escrutado el Código Da Vinci. Para unos la experiencia ha sido inofensiva, otros se han escandalizado, los inseguros se han dejado seducir, los incrédulos se han regocijado… Y ahora viene la película. Ya veo las colas para sacar entradas y las líneas de los manifestantes.

¿Está la fe contra la pared?

"Si un ángel del cielo les anunciara un evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡fuera con él! Gálatas 1, 8

La Iglesia y las iglesias se movilizan. La red se llena de artículos contra el best-seller mentiroso. Toda la artillería pesada contra un libro ficción. El Opus Dei, portada de TIME, ofrece su mejor cara y abre sus headquarters de Park Avenue…

Afortunadamente ya dejó de existir el Índice de Libros Prohibidos y no se encienden hogueras para quemar libros y Satanás tiene abiertas todas las puertas. En este ámbito de sagrada libertad hay un turno de réplica para todos.

Tal vez en este tiovivo vertiginoso que es nuestro mundo está naciendo un nuevo despertar de Jesucristo. Tal vez frente a un cristianismo legalista y cosificado quiere emerger un cristianismo más místico, más experiencial y menos mediático.

Los años 60 nos brindaron la revolución de Jesús. Entre música y flores se conversaba con un Jesús payaso, superestrella, dirección única, experiencia que curte… "Wanted" gritaban nuestras paredes. Y ya María Magdalena cantaba: "No sé cómo amarle. Es un hombre. Sólo un hombre".

Me decía un feligrés: "Padre, puede hacer todos los cambios que quiera en la iglesia. Yo me contento con que no me cambien el párroco". El párroco se vino a Soria. Jesucristo se quedó allí porque es el mismo ayer, hoy y siempre. Él es el único que nos queda.

El Código Da Vinci ha vendido millones de copias. La Biblia, tal como la conocemos, nunca será superada por ningún best-seller humano.
.