Ya no terminamos el día con Las Completas y su examen de conciencia.

Ya no comenzamos el día con Los Laudes y su “Señor ábreme los labios”.

El cambio climático de la espiritualidad se llama “mundanidad”, querer probarlo todo y parir viento, estar en todas partes para no estar en ninguna.

Yo comienzo mi día muy pronto, con un paseo de kilómetros alargados. Le pregrunto a Mr.Google por el tiempo, ¿seco, húmedo, con o sin cierzo?

Si, aceptémoslo gozosamente, las recetas de los directores espirituales pesan poco e importunan nada. Las redes sociales, breviario de podredumbre, además de entretenernos nos asolan.

La Bestia, la serpiente primordial, la sanguijuela del espíritu nos sella con su sello, tatuaje indeleble, y nos adopta para siempre.

“Nobody tells me anything new, so I tell myself -myself.

Como nadie habla de mí, yo, maniquí parlante, me ofrezco al mundo a través de los escaparates de las redes sociales. Facebook, TikTok, Bluesky, X…exhibición de lo divino, yo influencer, yo youtuber de Dios, mis oraciones, mis reliquias de santitos…ducha de bendiciones y exhibición de todo lo humano y de todos los humanos vestidos y desnudos, predicadores de la vanidad y de la lujuria, huracán de maldiciones.

Plataformas de lo efímero y vivero de opiniones disparatadas.

Hablad, que nadie os calle, el ego es santo y el yoismo está bendecido. La piel del mundo está incompleta sin tu foto, sin tus selfie, la tierra promedia necesita tus bendiciones y la luz de tus estrellas.

Termina el día, el Gran Astro se acuesta en el horizonte lejano, cómo pesan los celulares cargados de mensajes, de periódicos, de youtube, de fotos, de whatsapps,...

LA BASURA de cada día dánosla hoy. Señor, que no nos deprima tanta mediocridad.

A falta de examen de conciencia, vaciamiento purificador, en estos tiempos de hiperconsumo hay que vaciar el Chat. “Es preferible no saber nada que saber mucho a medias”.

LA BASURA del día es más pecaminosa que los pecadillos, las jaculatorias y los rosarios no bisbiseados.

A mí no se me ha perdido nada en Linkedin y día tras día tengo que eliminar peticiones ilícitas de remotos y desconocidos solicitantes.

Cuatro grupos de Whatsapp, enjambres benévolos, me dan cobijo, en ninguno de ellos deposito mi poop, tengo un rinconcito secreto donde sin pudor y con atrevimiento descargo mi caca emocional, mis reflexiones originales y mis préstamos impagados.

La inmensa mayoría de consumidores de lo ajeno envían los excrementos, lo quieran o no, a los conocidos para que los huelan y saboreen.

Vivimos más conectados que relacionados, las interrupciones son constantes, a la hora del coffee break, a la comida, durante la misa y la siesta…las notificaciones se acumulan sin parar, el único que no nos interrumpe es Papá Dios. ¡Qué delicadeza la suya!

No nos quejamos, el Yo, parásito del amor, necesita para existir ser necesitado.

El hombre nacido de mujer, corto de días y harto de inquietudes, flor de un día, nube pasajera, pura contradicción, vanidad de vanidades, es siempre el mismo, lo mismo, sólo cambia todo lo que es externo a él, lo que no le añade nada a su perfección.

¿Quieres alcanzar la mayor perfección? Gasta más tiempo en comunión con Dios o al menos empéñate en acercarte a ËL y reduce las horas que gastas en otras preocupaciones que te alejan de ÉL.

La verdadera religión no consiste en llenar el alma, convertirla en un trastero de piadosidades, sino en vaciarla totalmente para Él. “Todo lo considero BASURA”...dice Pablo.