“Tu
nombramiento, José Carlos Bermejo, como Provincial NO SACERDOTE de una Orden
Religiosa para los años 2022- 2025, es histórico.
Histórico para la Orden de los Camilos y para todas las Órdenes Religiosas de
sacerdotes y hermanos con minúscula.
El rescripto del 18-05-2022 firmado por el Cardenal Joao Braz y el Secretario
José Rodríguez Carballo establece que “los Hermanos Religiosos pueden llegar a
ser Superiores de Institutos u Órdenes con Sacerdotes”.
El rescripto, no menciona nombres, afirma que un Superior General, con el
consentimiento de su consejo, puede nombrar un Hermano como Superior local o
provincial de una Orden Religiosa con Hermanos y Sacerdotes.
El Papa Francisco experimentó en su carne la “vita communis” durante largos
años, esa vida que San Juan Berchmans calificó muy acertadamente como “mea
maxima poenitentia vita communis”.
Esta vida en común , vida de rebaño jerarquizada, disciplinada y desnivelada,
tiene , a ratos y a días, más de penitencia que de vida.
La vita communis, caramelizada con palabras bobas y con exigencias más laborales
que evangélicas, tiene mucho de empresa y negocio y poco de evangelio.
Francisco, conocedor de primera mano de las injusticias y desigualdades de ese
nido de perfección aparente y de unidad impuesta, ha querido, al derogar el
canon 588,2, nivelar las relaciones humanas. Olvidemos las espirituales. Observé
otra vanidad bajo el sol. El interior del corazón sólo Dios lo conoce y los
biógrafos ignorantes lo emborronan con sus bienintencionados tachones.
Los “hermanos”, a la cola de la procesión comunitaria, ¿en qué aventaja el sabio
al necio?, se pregunta el Qohelet, telonero del filósofo Ciorán, desempeñaron
los trabajos de cocineros, sastres, enfermeros, labradores, porteros,
jardineros, hortelanos, granjeros… oficios aprendidos en el tajo, nunca hicieron
un máster para perfeccionar sus habilidades, criados en y para la vita communis,
no necesitaron reciclajes.
Enseñados a obedecer, nunca protestaron, nunca hicieron huelgas, perfecta
prontitud y obediencia, en perfecta soledad y silencio. Rebaño sin puertas
abiertas.
Los sacerdotes, hombres de latines y de libros, doctorados, licenciados, con
másteres en divinity, expertos en pastoral y predicación…como la chèvre de
Monsieur Séguin tenían siempre una puerta abierta, liberación pasajera de la
“maxima poenitentia”, eran la mejor parte del rebaño con derechos y privilegios
que los hermanos nunca conocieron ni gozaron.
El rescripto de Francisco nos recuerda que el gobierno en la vida religiosa no
está vinculado a la Ordenación sacerdotal y algo comienza a moverse en la vita
communis de iguales tan desiguales en las Congregaciones y Órdenes de sacerdotes
y hermanos.
“De todo he visto en mi vana existencia”.
Ayer la procesión de la comunidad , solemne y seria, encabezada por el superior
y seguida por los presbíteros, fecha de profesión debidamente verificada, la
cerraban, sin verificar sus edades, los hermanos.
Los Escolapios llegamos tarde.
Primero porque las comunidades han pasado de ser gigantescas a ser pigmeas. Nos
hemos quedado sin papeles, sin procesiones, sin fechas que verificar y hasta sin
Hermanos.
El Catálogo en un folio.
El rescripto de Francisco no nos atañe. Pero siempre existe la excepción, las
comunidades de mayores se agigantan y la nostalgia de un pasado muerto o la
falta de imaginación suscita en el superior el deseo de repetir lo irrepetible,
el calendario, lo que nunca debió existir.
Hoy, Fiesta, memoria Obligatoria, de Francisco de Asís celebramos a un hombre
que no fue cura, que sabía mucho de Dios y muy poco de protocolos. Alabado sea
Mi Señor.