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“Y es
que la “edad de oro” ha pasado de ser un cúmulo de años desdibujados a
convertirse en el gran pastel que se disputan comensales de distintos sectores”.
Stephen Hawking, físico, sobrevivió una esclerosis durante 55 años y, a pesar de
sus grandes limitaciones, nos ha dejado un gran legado científico. En cierta
ocasión afirmó: “El trabajo da sentido y finalidad , la vida sin él estaría
vacía”.
“If your health allows you, don’t ever retire”, sabio consejo, seguro que se
encuentra en el libro de los Proverbios y si no está merece estarlo.
El “Tsunami Gris” avanza, avalancha gigantesca que no hay quien la pare. No hace
falta ser profeta para pronosticar que para el año 2050, pasado mañana, los
mayores de 65 años, los jubilados, serán más de 2.000 millones, el 23% de la
población mundial.
Los seniors al trabajo es la nueva tendencia. Las grandes compañías Boeing,
GM..están diseñando trabajos para los jubilados. Retorno de los leales, los de
casa, los expertos.
Louis Kobs ha trabajado de crossing guard durante 41 años en NYC, sin fallar un
solo día. Se jubiló a los 91 años el día 5 de febrero de 2023.
Tamames, profesor de economía, comunista de la estricta observancia, 90 años,
está discerniendo una nueva llamada, ¿aceptará la invitación de VOX a encabezar
la moción de censura? El mero hecho de que lo piense y medite es ya toda una
gesta. Estuvo muerto pero ha vuelto a la vida.
Warren Buffet, 89 años, uno de los grandes cerebros de las finanzas sigue
trabajando y filantropeando.
Biden, 80 años, presidente de USA, sueña con un imposible segundo mandato…the
sky is the limit para los soñadores.
El Papa Francisco, 88 años, después de un agotador viaje por el Congo y Sudán,
considera que el estado Vaticano es muy pequeño y lo quiere agrandar visitando
el imperio de Gengis Kan. El Vaticano es diminuto, pero el Reino de Dios, no es
el Vaticano, cobija al mundo entero.
La jubilación por la que suspiran algunos es más maldición que bendición. Es la
jubilación del café, los jubilados viven desconectados. Las puertas que han
cerrado ya no se abrirán. Todo queda reducido a la puerta de la casa.
Envejecer no es igual a inutilidad. Envejecer no tiene por qué ser cadena
perpetua al confinamiento, a la pasividad y a la marginación. Envejecer no tiene
por qué dar derecho a discriminar por razón de edad.
Me niego a las estadísticas, pero el “Tsunami Gris” hace ya años que ha golpeado
al clero y a la vida religiosa. Tsunami imparable. Engullidos por olas
furibundas no hay que esperar al 2050. Ya está aquí.
Este “, Tsunami Gris” se vive con gran angustia, con temor y temblor, en la
Iglesia y en las congregaciones masculinas y femeninas. Vivimos en estado de
alerta permanente, diseñando estrategias, probando nuevos medicamentos,
inventando ruedas fosforescentes, haciendo proselitismo en facebook, dejando
nuestros selfis en todas las redes sociales, re-escribiendo la historia, el
museo de los muertos…asegurando el futuro material, el inmaterial, colgado en la
nube, baila.
Los hechos son tercos, son bofetadas,no basta con encajarlos, hay que
afrontarlos, están ahí, las opiniones son mil, optimistas y pesimistas, válidas
e inoportunas.
Seminarios cerrados y vendidos, diócesis en las que en estos 23 últimos años no
ha habido ni una ordenación sacerdotal, comunidades de religiosos desaparecidas,
clausura total, noviciados inexistentes…Felices los que viven en oasis de aguas
frescas y abundantes.
Rezar por las vocaciones recitando oraciones kilométricas, manifiestos
teológicos, nos cansa, nos aburre y aburre mucho más a Papá Dios.
Isaías tendría que gritarnos: “Gritad con voz más fuerte, porque él es dios,
pero tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará de camino, tal vez
esté dormido y despertará”. 1 Reyes 18,27-28
No hemos llenado los seminarios ni los noviciados, sí hemos llenado las
Residencias de Mayores.
Seniors at work, tarea de los superiores es dar tarea a los leales, los de casa,
los expertos.
El pecado de los superiores, desconocer e ignorar la valía de sus religiosos.
Oremos para que el “Tsunami Gris” no nos barra del todo.
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