Re-enviado

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Dios es. No necesita adjetivos idólatras. Es silencio.

Los dioses, nuestros pigmeos, obra de nuestra imaginación, necesitan los grandes adjetivos del diccionario.

Aunque estamos ahogados de mensajes os voy a pasar uno de la Dolorosa que es muy tierno”. Charo

Con los colegas, after work, tomamos una cerveza o un espresso.
Con los compañeros de trabajo, en el coffee break, discutimos acaloradamente sobre las caprichosas decisiones del jefe.
Con la familia hablamos de las pequeñas cosas: la salud, el trabajo, los estudios de los pequeños, el tiempo, los planes de vacaciones…
Con el cura, en este tiempo de aislamiento, nada de qué hablar.
Con Dios, le preguntamos indignados, ¿es este el silencio que sigue a la apertura del séptimo sello?

Con el amigo, el que sabe lo que te duele, el que daría la vida por ti, al que le abres todas las puertas, con el que hablas de lo mínimo y de lo máximo, confesor que no te impone penitencias, que no se enoja si no le haces ni puto caso, con el que no tienes amistad sino que eres amistad, -¿existe ese amigo?- con ese amigo no existen ni distancias ni aislamiento.

Nunca, hasta hoy, por culpa de eso que llaman Mr. Coronavarius, nadie sabe quién es ni de dónde viene, habíamos pasado tantas horas, tantos días y tantas semanas condenados al cruel e inhumano castigo del solitary confinement carcelario.

Nuestro aislamiento, tenemos más suerte que los encarcelados, goza de algunos privilegios: compartimos mesa familiar y juegos de mesa, gimnasio con treadmill y bicicleta estática y no nos han quitado las armas de distracción masiva, el mando de la televisión y el móvil.

¿
Qué sería de nosotros, prisioneros en chándal, sin TV y sin móvil?

El eremita Abba Moses aconsejaba a los nuevos candidatos: “Entra en tu celda y tu celda te lo enseñará todo”.

Eso pensaba yo cuando decidí hacer, durante esta Cuaresma 2020, “El Viaje Interior”, a la celda más interior de mi casa, al Alma, pero el intento no ha sido muy exitoso. Hay que luchar minuto tras minuto para decir NO a la televisión, a la pantalla del ordenador y al maldito wasap.

L
a gran tentación, en este tiempo de confinamiento, consiste en llenar el tiempo con más televisión, con visitas constantes al whatsapp, con más twitter,con más facebook, con más YouTube, con más social media, más… Si caemos en esa tentación habremos aprendido poco y nuestro solitary confinement habrá producido más ansiedad y más insomnio.

Sí, hemos aprendido que se puede vivir sin la liturgia dominical o de los miércoles del futból, con su procesión de entrada y sus cantos y sus ornamentos apropiados según marca el calendario. Y sin los apasionados sermones post-partido en el Larguero, el Transistor o el Partidazo…

Los templos grandiosos del futból están cerrados y nadie protesta.
Sí, hemos aprendido que se puede vivir sin la partida de guiñote en en el Ajax Bar y nadie protesta.

Sí, hemos aprendido que se puede vivir sin besos, sin abrazos, sin apretones de manos, todo a distancia, y el corazón sí protesta.

Sí, los muchachos han aprendido que se puede vivir sin escuela y no protestan.

Sí, hemos aprendido que se puede vivir sin la misa dominical, sin sacramentos, sin curas y no sólo no pecamos sino que ganamos indulgencias plenarias, salvamos el mundo y somos bendecidos por los obispos. Y aquí nadie protesta.

Algunos sí protestan. El Gobernador de Florida, Di Santis, el de Texas, Greg Abbott y seis Gobernadores más, en sus decretos, afirman que las actividades religiosas son “actividades necesarias” y las iglesias pueden y deben estar, siguiendo ciertas normas, abiertas.

El grupo Easter People, formado por teólogos, sacerdotes y ministros, ha enviado una carta a los Obispos pidiendo el acceso del pueblo de Dios a los sacramentos.

Hemos comprobado que la Iglesia ni ha sido mencionada por las autoridades civiles y ni le han pedido nada. No cuenta.

Sí, durante este confinamiento forzoso, todos encerrados en el Arca, esperamos que se cumplan los cuarenta días del Diluvio de todos los miedos y que alguien suelte la paloma que ha de volver con un ramito de olivo en el pico.

El Arca tiene Wifi y sus habitantes, hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación, matan el tiempo enviándose mensajes Re-Enviados.

Re-Enviados políticos. La basura de derechas o de izquierdas, elegantemente empaquetada, es re-enviada y almacenada impúdicamente en nuestros inbox.

Re-Enviados religiosos. Oraciones, imágenes, canciones, procesiones, horarios litúrgicos...uno se siente culpable de ignorar tantos mensajes bienintencionados , pero totalmente innecesarios.

Re-Enviados Humor. Chistes blancos, para todos los públicos, chistes marrones, para contar en la oscuridad, chistes verdes, sólo para mayores. Reír, medicina recomendada por todos los médicos.

Grupos Whatsapp. Hobby convertido en seria obligación. Consumo e inversión de tiempo en una “actividad no necesaria”. Pequeñas cosas, buenos días y deseos protocolarios, felicitaciones al son del calendario, avisos inútiles, chismes del barrio…

A mi grupo de Biblia les he pedido que se impongan una Cura de Silencio. Poner un STOP a los mensajes y centrarse en el único protagonista de la Semana Santa, Jesús de Nazaret. Le tenemos que velar y acompañar en su agonía y en su funeral y estar despiertos para comprobar que vive.

Ahora todos vivimos en la España vaciada, silenciosa, lenta y aburrida. El mundo condensado en 60 metros cuadrados.