Pluriempleados

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Noviercas, pueblo de la España vaciada tiene 160 habitantes, el censo todo lo hiperboliza, pero el verano finalizado sólo queda un puñadito de jubilados que, al despertar, no tienen a quien dar los buenos días.

No hay que buscar ideas locas a la España vaciada, planeta de los jubilados. No se repuebla Noviercas con Veinte Tres Mil Vaquitas de Colores y de ubres abundantes.

Noviercas en el 2060 y la provincia entera de Soria, profecía barata, estará en ruinas como Peñalcázar.

La España vaciada hay que vaciarla y punto.

“Al que tiene se le dará y al que no tiene hasta lo poco que tiene se le quitará”, dice el evangelio.

Dicen los amantes de las estadísticas que para el año 2060, a la vuelta de la esquina, los jubilados serán legión. Los robots, colegas muy inteligentes, realizarán el 50 por ciento de los trabajos que millones de personas, confinadas en cubículos o en factorías, realizan hoy.

Los jubilados, in search of happiness, à la recherche du bonheur, en busca de la felicidad perdida, siglo tras siglo, poco a poco, van abriendo la puerta del paraíso y el día llegará en que,
abierta la puerta, echen a Dios y se queden, dueños y señores, del nuevo Edén.

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva”, Brave New World, profecía cumplida, gracias a los robots.

Los robots, los nuevos scholars, recitarán poemas de Walt Whitman y de Vicente Aleixandre, explicarán a Spinoza y presidirán la Universidad de Veracruz.

Los robots, perfección y eficiencia total, son benignos, no presumen, no se irritan, no tienen vacaciones ni baja por maternidad, todo lo excusan, todo lo soportan, todo lo hacen bien, son para siempre.

Los nacidos este 2022 crecerán y no envejecerán y si no llaman a la puerta del Edén, seguro que llamarán a la última puerta del Universo.

El estrés, la ansiedad, la depresión, si existen, tendrán su viagra y la vida jubilada, sin cuentakilómetros, será alegría y júbilo.

Los robots, desconocedores del dolor y las lágrimas, no creo puedan consolar a los humanos.
Los psiquiatras, los psicólogos y los coaches del ocio de los jubilados tendrán mucho trabajo y serán muchos.

¿Y los curas tendrán trabajo en el 2060?
Los robots, material boys and girls, no están programados para la vida del espíritu.

A los curas, blancos o negros, muchos o pocos, no hay quien les quite el trabajo.

Hoy son tan pocos, “Gerona, una diócesis que agoniza” leo en Germinans, que algunos están pluriempleados.

Los curas rurales, de pueblo a pueblo, de misa a misa, de domingo a domingo, hacen más kilómetros que los viajantes del pasado y consiguen menos ventas del seguro de vida eterna que el viajante en The death of a Salesman.

Los curas de la ciudad recorren otro circuito con más brillo pero no más eficaz.

El Reverendo X aterriza en la ciudad y le nombran: capellán de cuatro Cofradías, profesor del Seminario Mayor, juez del tribunal eclesiástico, párroco,capellán del equipo de futból de la ciudad, asesor del obispo… y aún se agacha para que le echen más cargas.

¿Puede hacer algo bien? En el mundo clerical hay más curas jubilados que activos.

Please, alivien ese camello de tanta carga.