“Tan importante como encontrar una esposa es encontrar un rabino”.
El Universo, inmenso, maravilloso e inabarcable, en su lejanía, es una gran
ausencia.
Mi Pueblo, pequeño, cabe entre mis brazos, es familiar, ama y se deja amar.
Pensar en él y ponerme horny es todo uno.
El Papa de Roma, Vicario de Cristo, Su Santidad Reverendísima, His Holiness,
hospedado en su zigurat, bendice con la mano, exhorta con voz trémula, con
palabras piadosas y grandes verdades al pueblo fiel.
El Papa, “sentado en el trono”, a pesar de todos sus esfuerzos, queda lejano,
innombrable, ausente.
El Obispo Diocesano, en su trono y en su palacio, un poco más cercano, se le
puede ignorar sin pecar.
Los católicos pueden vivir, de hecho viven, la vida cristiana sin conocer sus
nombres.
Su realidad, sus preocupaciones y sus sueños viajan por otras autopistas y
experimentan otras turbulencias al margen de doctrinas y ortodoxias.
Papa y Obispo, Pastor Universal y Pastor Local, puestos de honor, solemnidad,
gravitas, aplausos lejanos, repetidores de lo mismo...
Tan importante como tener un Papa o un Obispo es tener un pastor, un párroco.
La WIFI vaticana y la del palacio episcopal no abren el apetito del pueblo fiel.
La WIFI del párroco, sin contraseña, presencia abierta, es ancla de salvación
para cualquier náufrago del vecindario.
Trump, estúpido y gilipollas number one, acaba de afirmar, “I run the country
and the world”.
El Papa Francisco, más sabio y más humilde, ha maldecido la papolatría, la
egolatría, ¡bien hecho! , que algunos quieren reinyectar, gran pecado,
analfabetismo bíblico e idolátrico.
Francisco, pastor que no scholar, ha diagnosticado las verdaderas enfermedades
de los hombres de hoy, no las imaginarias, las doctrinales.
A los hombres no nos duele la existencia o no existencia del limbo, del
infierno, de la misa en latín, el diaconado femenino, el sexo de los ángeles y
miles de zarandajas propias del scriptorium...
Nos duele la soledad de los viejos, la inmigración de millones de personas no
queridas, no acogidas, los cementerios marinos, la guerra y sus consecuencias,
muerte de los inocentes, la pobreza, la demonización de las parejas gays, los
pecados contra la tierra, los pecados ecológicos, los pecados del clero...
Francisco ha despenalizado el sexo, bendice a las parejas gays, brama, como el
profea Amós, contra las injusticias que cometen día tras día los tiburones de la
economía, ha sentado a su mesa a los pobres, ha lavado los pies a los pecadores,
ha confiado puestos de gran responsabilidad a las mujeres, y la colmena
vaticana, fortaleza sólo de los varones célibes, ahora comienzan a conquistarla
las mujeres.
La sinodalidad, palabra, in, es un intento de importar la democracia, palabra
out, en la Iglesia.
El Cónclave, película, está “in”, entremés antes del Cónclave para elegir al
sucesor de Franciscus.
¿A quién le interesa el Cónclave del día 7 de Mayo? A mí muy poco.
Lo anecdótico, ¿será negro, oriental, europeo... viejo, progre o conservador...?
Nos será servido, con buen sazón, por la prensa y los media.
¿Vendrá el Elegido con el “yugo” de Trento, de la ley, del Derecho Canónico o
con el yugo del Vaticano II, el de la misericordia? Si no habla italiano será un
buen augurio.
Lo que hay que despiezar es la colmena, “sobre esta piedra”, la curia vaticana
parece estar edificada la iglesia.
El Papa Francisco, blessed be he, odiado por unos y amado por otros, ha
conseguido algo muysano y liberador, que el Magisterio Ordinario del Papa, ayer
cuasi palabra de Dios, hoy sea discutido, rechazado y NO obedecido.
Adiós a la papolatría, bienvenida una sana franciscofobia.
