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Rezar
es un ejercicio más mecánico que espiritual.
Somos
más rezadores que orantes.
Somos
más re-enviadores que pensantes.
Somos
más dados a visitar la superficie que a sumergirnos en el interior.
Somos
más del Facebook que del Gran Book, la Biblia.
Vivimos
más atrapados en las ¨redes sociales¨que en las ¨redes¨del Gran Pescador, Jesús.
Vivimos
más lo urgente que lo verdaderamente importante.
Vivimos
más las noticias que la Buena Noticia.
El
imperio de lo efímero nos seduce, el imperio de lo eterno nos aburre.
ORAR no
tiene ninguna utilidad, es el tiempo de lo inútil, pero es el tiempo más útil
del día.
ORAR es
conectar con el UNO y ser uno en el UNO.
ORAR
con la Biblia: oración mental, oración de relación.
Oramos
para intensificar nuestra relación con Dios.
Oramos
para conocer más íntimamente a Jesús.
Oramos
para vivir nuestra relación face to face con el Señor. No se puede establecer
una relación sin perder tiempo con la persona amada.
¿Cómo
podemos crear o profundizar nuestra relación con Dios si no perdemos tiempo con
él?
¿Quién
no tiene 15 minutos para dedicarlos a ORAR con la Biblia?
Abre el
Nuevo Testamento, por ejemplo, el texto de Lucas 15,4.7, parábola de la oveja
perdida.
A.
Ponte en la presencia
de Dios.
B.
Lee despacio el texto de la Escritura e imagina la escena.
C.
Rúmialo y descifra su sentido. Repite siete veces la frase que te ha tocado.
D.
Habla con el Señor sobre tu experiencia desde el texto.
E.
Escúchale.
F.
Haz
un propósito para el resto del día y elige una frase que te servirá para revivir
la Palabra de Dios a lo largo del día.
Sé fiel
a tus 15 minutos diarios de ORAR con la Biblia.
ORAR es
cuestión de amor. No ores para solucionar problemas, no ores para pedir nada, no
ores por obligación ni por mandato. Ora porque amas a Dios.
ORAR es
inútil, por eso es gratis. Dios es la recompensa.
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