Detrás de cada santo hay un “pasado” oscuro y delante de cada pecador hay un
“futuro” glorioso.
Siento temor y temblor cuando hablan de certificar las “virtudes heroicas” de
las personas que quieren embellecer con el título de santo.
Hablando en un sermón de San Agustín, ese gran pecador, les decía a mis
feligreses que, “un día Agustín paseaba por las calles de Hipona y una
prostituta le gritó: “Agustín, Agustín, ¿te acuerdas de”…?
Agustín se volvió y le gritó a su vez: “pero yo ya no soy aquel”.
A partir de aquel día, uno de los feligreses, al final de la misa, siempre se
despedía diciéndome al oído: ”pero yo ya no soy aquel”.
Hay más belleza, grandeza y poder en los jirones, las zozobras y las angustias,
vicios silenciosos, que han afligido a las personas, por los que han pagado
tarifas del 50%, que en las virtudes aprendidas en los catecismos o en las
charlas melisonantes de los directores espirituales. Menos mal que sólo Dios
conoce lo que hay dentro de cada corazón.
La santidad, atributo, esencia de Dios, no debería coserse a ningún ser humano.
El hombre, vasija de barro agrietada, es glorioso en su perfecta imperfección.
Líbrame de los hombres perfectos. Dios no los necesita y yo tampoco.
Los grafiteros, artistas urbanos, llenan paredes y persianas de la ciudad
secular con sus dibujos inesperados. Algunos han entrado triunfalmente en los
museos y en los mercados. En la calle 7 de Alphabet City una iglesia lleva el
nombre de Graffiti Church.
La primera vez que vi los mosaicos de MARKO RUPNIK fue en la cripta de Santo
Domingo de la Calzada, en mi camino hacia Santiago.
MARKO RUPNIK, cura, jesuita, teólogo, artista, excomulgado y absuelto, pecador,
su apetito sexual, río desbordado, lo ha condenado a las tinieblas y al exilio.
Sus obras llenan catedrales, iglesias, santuarios y oratorios de Australia,
Brasil, Polonia, Italia, Portugal…artista super buscado y laureado, tuvo sus
días de gloria, y sus obras, como las de Rafael o Zurbarán, están llamadas a
perdurar e inspirar al pueblo de Dios, mas como pecador, los funcionarios de la
religión, sindicato de la verdad, lo han declarado reo de muerte como un Salman
Rushdie cualquiera.
Mgr. Jean-Marc Micas, obispo de Tarbes y de Lourdes, el día 31 de marzo de 2025,
mandó cubrir los mosaicos, no son graffitis, no son obscenos como las
“misericordias” de los coros catedralicios, que embellecen la portada de la
Basílica del Rosario de Lourdes.
MARCO RUPNIK, el pecador, necesita confesión pública y penitencia.
MARCO RUPNIK, el artista y su obra no tiene que ser eliminado por ningún talibán,
incinerador de la cultura.
Los que admiran su obra e inspirados se sienten mejores y más espirituales,
pasan del hombre y de su firma y de su vida disipada y lujuriosa.
Durante la Cuaresma de mi infancia, para evitar las tentaciones de la pequeña
santidad, se cubrían TODAS las imágenes de las iglesias.
El obispo de Tarbes, hombre cuaresmal, quiere descubrir los pecados del artista.