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Marca la X

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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MARCAR LA X

“SUMANDO LA X LOGRAMOS UN MUNDO MEJOR”


En nuestras asambleas litúrgicas la palabra “Conversión” es el leitmotiv de la mayoría de las exhortaciones.

¿Les asusta esta palabrita en boca de los curas?

Escuchen lo que John Fitzgerald Kennedy, 35 presidente de los Estados Unidos, en su discurso inaugural, pidió a los ciudadanos con una frase inolvidable.

“Ask not what your country can do for you, ask what you can do for your country”.

“NO preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate lo que Tú puedes hacer por Tu país”. Conversión, cambio de mente, cambia el enfoque de tu cámara…

La Iglesia Católica, la parte visible de este gran iceberg, año tras año, nos recuerda, con poco entusiasmo, creo yo, que hay que marcar la X en la casilla de la Iglesia. Se contenta con colgar un cartel en la pared. La Iglesia Católica no está contemplada en los Presupuestos Generales del Estado. Nosotros SÍ. Nosotros, como buenos ciudadanos, hacemos la Declaración de la Renta limpia y verdadera y como católicos responsables marcamos la X y nuestro 0,7% financia parte de su funcionamiento.

Estamos más mentalizados para recibir que para dar.
Vivimos haciéndonos selfis, idolatría barata.

Y los católicos no practicantes si valoran la aportación de la Iglesia a la sociedad: Cáritas, comedores sociales, ayuda a los inmigrantes, casas de acogida, presencia entre los más pobres del país y presencia en tantos puntos malditos del mundo, que los reporteros fotografían y se largan, los misioneros son presencia gratuita, constante y operante 24/7, también pueden marcar la X.

Un domingo, ¿lo recuerdan? Predicaba yo en la iglesia de Pastriz un sermón sobre las tres Conversiones.

La primera Conversión es la del CEREBRO.
El mensaje llega a mi cabeza, lo comprendo y lo asiento en mi cabeza como un saber más sobre el que discurseo y hasta lo parloteo con otros. Es como un libro más en la estantería de mi pequeña biblioteca. En el estante de mi cerebro sirve de poco. Hoy los saberes son pocos, las series son muchas.
La segunda Conversión es la del CORAZÓN.
Un buen día, el mensaje cansado y aburrido en su estantería, decide emprender un viaje y llega al Corazón. Poco a poco se transforma en vida y en acción, se multiplica y contagia su vitalidad y su poder a los demás. Ha sido seducido por el dueño del mensaje, por Cristo.
La tercera Conversión es la del BOLSILLO.

No pregunto a la Iglesia qué puede hacer por mí, me pregunto qué puedo hacer por Mi Iglesia, por Mi Parroquia.

Si de mi BOLSILLO sólo sale lo que no me agacharía a coger del suelo, no estoy aún convertido.

Cuentan que un día dos amigos se hicieron a la mar en su velero. Una gran tormenta los dejó incomunicados y perdidos en medio del océano.
Uno de ellos rezaba y rezaba para que los encontraran y rescataran. Su amigo le decía: Ten confianza. Yo doy el diezmo, quince mil dólares a mi parroquia todos los meses. Seguro, seguro que mi párroco nos encontrará.

(continuará)