Las Vitaminas del Amor

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Una feligresa, preocupada por mi salud, solía regalarme cada mes un frasquito de pastillas que decía, Vitamins From A to Z.
Cada día su pastilla, cada día su vitamina, un booster para su salud terrenal.

Nuestra fe en la botica y sus pastillas es absoluta. Llevamos el viático en el bolsillo como un accesorio más.

Ignorantes de lo que se esconde debajo de nuestra piel, convertimos a los profesionales de la medicina en seres infalibles.

Yo y mi frasquito de Vitamins From A to Z, perfectamente conjuntados, matrimonio perfecto.

La aventura a dos que es el matrimonio, locura del amor, necesita también su frasquito de Vitaminas para que los productos de la botica tradicional, la de siempre, la mantengan ardiente e interesante frente al terrible extintor del aburrimiento.

Feliz atrevimiento, los sermones de bodas tienen de todo menos de inspirada locura.

¿Algún sermón le ha hecho llorar y reír de verdad?
¿Algún sermón le ha puesto cachondo alguna vez?
Hasta las verdades más espirituales necesitan un buen sazón para hacerlas apetecibles y digestivas.

A la última pareja que casé les regalé un frasquito de Vitamins From A To Z.

Si un día dejan de tomar la vitamina J o la Y o la W no se preocupen, las que no deben dejar de tomar son las que yo, médico de nada y sin ninguna experiencia en la materia, les voy a recetar.

La Vitamina E. Eros

Vitamina diseñada por Dios. Recibe muchos nombres, el más corto y más conocido es Sexo.
Sí, God loves Sex.

Antes de que Platón escribiera El Banquete para hacer el elogio del amor, la Biblia, biblioteca y manantial de manantiales, cantó e hizo el elogio del sexo.
El Cantar de los Cantares según el rabino Akiva es el Santo de los Santos.

La vitamina E, en los sermones piadosos no es elogiada, no es enfatizada, se silencia para no ruborizar a nadie.

´¨Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra¨´…
No es un consejito, es una orden, es el gran mandamiento. Sin el calambrazo de la Vitamina E nadie saldría de su cocoon.

Tomadla a tiempo y a destiempo. Tiene una ventaja, se puede tomar de mil maneras, no tiene side effects y está aprobada por la Real Academia de la Ciencia.

Un buen día recibí la llamada de un fraile amigo. Hablamos de mil cosas rutinarias, la vida de un fraile es un montón de nimiedades, al terminar la conversación le dije con total espontaneidad: Nos vemos. Te quiero¨´

Desde ese día sólo ha habido llamadas no respondidas.

Mi te quiero lo asoció con sexo, se paniqueó, se indignó y, hasta tal vez, buscó un confesor.

Mi te quiero sólo quería expresar aprecio y decirle: me importas.

La Vitamina I. Intimidad.

Los efectos celestiales de la Vitamina I transforman la vida del Uno en la vida del dos. El yo, hechizado por el tú, se convierte en un Nosotros ganador. Nuestro dorado aislamiento se pone el traje de la divinizada unidad.

Tomadla en pequeñas dosis para no perder el sentido de la realidad.

La Vitamina P. Perdón

El matrimonio es la escuela del perdón. Perdón ofrecido y acogido setenta veces siete. La Vitamina P, para que la vida cotidiana no apeste, hay que tomarla dos y tres veces al día.


La Vitamina S. Servicio. Sacrificio

La S, es una consonante perversa, senil y la Vitamina S repugna a nuestra condición de señores, todos queremos dejar de ser servidores y convertirnos en señores.

La Vitamina O. Oración

El ´´Sí, quiero´´, pronunciado en la iglesia, escenario de los grandes acontecimientos de la vida, ante Dios y su pueblo congregado, y ratificado y consumado en la intimidad, necesita la Vitamina O para perdurar y eternizarse. El placer pide eternidad.

El matrimonio es el sacramento del SÍ, Sí prolongado en los miles de síes de la cotidianidad, unos sin palabras, otros con gestos, otros con sonrisas…pero siempre síes reciclados y sintonizados
La Vitamina O, necesaria en la vida del crisitno, sabe mejor, edifica mejor y santifica más y mejor cuando la vida a dos, reza a dos, mano a mano.

La asamblea añadió sus vitaminas, por supuesto más curiosas y más divertidas y más frívolas.