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Hay
mucha fachada entre los hombres, fachada que se acicala para las grandes
ocasiones.
Cuando
la batería de la compasión se descarga, Bankinter la recarga.
La portada del
periódico “Alto Aragón”, el 8 de marzo de 2022, decía: “Peralta de la Sal
acogerá 36 ucranianos llegados de Polonia”.
“No
existen precedentes de una expresión de solidaridad similar a la que se está
viviendo durante esta guerra”...comentaba el articulista.
Cierto,
no existen precedentes de semejante solidaridad, estamos ahogados en las aguas
profundas de la solidaridad, pero también es cierto que no han faltado múltiples
ocasiones para haberla practicado.
Enumerar
las ocasiones perdidas, bochorno enrojecedor, es hacer numerología fría,
incluidos los números de los Bancos y de Wall Street, son cosa fría, difíciles
de digerir.
Por la
geografía de nuestro pequeño planeta 82,4 millones de desplazados deambulan sin
rumbo y a la intemperie, unos seis millones de sirios viven en campamentos.
Nomadismo forzado y compasión congelada.
Si este
mundo fuera perfecto, si la compasión, virtud pequeña y débil y humillante se
transformara en caridad y la caridad en “Amor”, no habría que hablar de
“solidaridad sin precedentes”, ni de anormalidad interesada sino de normalidad
sin más.
Todos
los principios son hermosos e idílicos. Ante lo nuevo se nos abren los ojos y la
boca balbucea. Todo son felicitaciones y brindis. Todos los principios son
locuras, no de compasión sino de amour fou.
En el
principio la aventura ucraniana, acogida fraterna a unas madres con sus hijos,
fue casi perfecta, sin contratos, sin Bankinter, sin OENEGÉS, Peralta y Cáritas
y Ucrania, nudo matrimonial.
Con el
correr de los días y de las semanas, -ya no queda nada del principio- las aguas
se enturbian, los gastos se multiplican y como en el Libro Bíblico de los
Números las quejas son el estribillo de la nueva canción.
Nuevos
actores entran en escena, los OENEGÉS son los “ambulance chasers”, los
protagonistas de la supercompasión. Siempre en busca de clientes, son los
primeros en oler la tragedia y los primeros en ofrecer su compasión, free of
charge, sin ánimo de lucro.
Peralta
de la Sal, anudada a ACCEM, se ha subido al caballo de una ONG.
Ménage à trois, cambio de ritmo, cambio de cocina, ahora viven en un hostal, les
sirven las comidas y son entretenidas.
La
cuenta de Bankinter de Escolapios recibe 45 Euros por persona y día.
En el
principio, “Vio Dios que todo era muy bueno”. Semanas más tarde se “arrepintió
de haber creado el hombre”.
“Ay,
existen grandes pensamientos que hacen oficio de fuelles, inflan y quedan
vacíos”.
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