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GOOGLE
es el Espíritu Santo de los vagos y perezosos.
“No os
preocupéis de antemano, sino lo que os sea dado en aquella hora eso predicad,
porque no sois vosotros los que predicáis sino GOOGLE”, versión libre de Marcos
13,11.
Ayer,
ser cura confería un estatus social de prestigio y autoridad, sólo un cura podía
hacer algo que tenía un valor infinito, decir Misa, valor que se rebajaba un
poco si la Misa tenía una intención, entonces valía 10 pesetas.
Ejercer
de párroco y decir Misa es tan fácil que no tiene mérito.
La
prensa nos ha contado recientemente la historia de dos hombres, uno ecuatoriano
y el otro colombiano que funcionaron durante años como párrocos en las Diócesis
de Granada y de Cádiz sin haber recibido el sacramento del Orden Sacerdotal. Dos
“falsos curas” que los funcionarios diocesanos, tan necesitados de curas
estaban, que nunca detectaron el burdo engaño.
La
evaluación de estos “curas accidentales”, para Gloria de Dios y sonrojo de los
“curas de verdad” de la vecindad, fue más que satisfactoria, recibió un summa
cum laude y sus ex feligreses todavía los echan de menos.
No eran
funcionarios avinagrados y huraños.
No eran
teólogos ni presumían de una barata erudición.
No eran
grandes predicadores, pero eran sabedores de las lágrimas y de los amores de sus
feligreses y eran pastores abiertos a todos.
¿Acudían
a GOOGLE a la hora de predicar?
Todos
acudimos. GOOGLE es un manantial inagotable. Miles y miles de sermones en todos
los idiomas del mundo anidan en la red.
Una
cosa linda y casi divina es despertar el pajarillo que duerme en la red para
contemplar y admirar su vuelo por los cielos libres y limpios y otra cosa es
atraparlo, hacerlo nuestro y matarlo con nuestra torpeza.
Ese
pajarillo está llamado a trazar surcos por el cielo, a dar pistas, a orientar la
imaginación, a despertar metáforas, a señalar caminos, pero nunca a ser el
camino.
Vivimos
tiempos de prêt à porter, prêt à manger, prêt à predicar, oración enlatada,
inglés sin esfuerzo, predicar sin esfuerzo…
La
predicación exige mucha oración, mucha lectura, mucha meditación de la Palabra y
un poco de GOOGLE.
Predicar
es un parto con dolor, parto que dura toda una semana, puro sufrimiento por dar
a luz vida, alegría y paz.
Parroquiadelmundo.org
es un pequeño nido, es mi nido. Desearía dedicarle más tiempo para limpiarlo y
enriquecerlo.
Las
parroquias virtuales, ajerárquicas, tienen más feligreses y más motivados que
las parroquias territoriales, abiertas media hora al día, consumo rápido, aunque
son muchas más las que sólo abren los domingos y días de funerales. En algunos
pueblos todos los vecinos tienen la llave del bar donde se reúnen para conversar
y celebrar. La llave de la iglesia se guarda bajo llave.
Las
parroquias virtuales no tienen puertas, no tienen sacristán, no tienen
horarios...se entra sin más y te quedas un ratito o das un portazo y te vas.
Mi
experiencia por la red me dice que hay más presencia cristiana que católica, más
presencia judía que musulmana, más presencia dominica que escolapia, y más
sermones sobre los textos del AT que del NT.
Me
sorprendió gratamente, hace un par de semanas, mi sobrino cuando me envió el
número de personas que habían visitado mi página en este 2019, 175.665 personas
que por accidente o por interés habían aterrizado en mi nido y habían echado a
volar un pajarito. No me sorprende que sean muchos los mexicanos o colombianos,
pero sí me sorprende tener visitantes de
China,
Rusia, Rumanía, Egipto… Una parroquia siempre abierta.
La
noticia para mí fue mera anécdota. Nunca me ha interesado saber el “cuántos”,
paso de los números y no les entono cantos de alabanza. No soy adorador de los
números, idolatría numérica propia del poder. Me contento con leer los
comentarios de mi amigo Eloy que nunca me falla.
Y como
nadie es profeta en su casa ni mi página ni yo existimos, pero existimos para
175.655 que, queriendo o sin querer nos visitan y despiertan.
Me
confesaba Don Vicente, Obispo de la diócesis de Zaragoza, hace unos pocos días
que los Escolapios le habían “vendido” la idea vieja y romántica de su pasión
por lo “rural”, las parroquias rurales. Cierto, le dije, pero eso fue hace más
de 35 años.
Hoy,
¿hay pasión por algo?
Yo,
blessed be the Holy One, ni la tuve entonces ni la tengo ahora.
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