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Yo
creo que Dios está celoso conmigo porque dedico más tiempo a la itinerancia
médica: diaria, larga e incluso devocional, que a la itinerancia evangélica:
esporádica e innecesaria, sus destinatarios sufren una enfermedad recientemente
diagnosticada como “obesidad religiosa”, excesiva bollería, culto a lo
inesencial y a los inesenciales y no consumo de filet mignon, no comunión, no
intimidad con el Yo, suma de todos los yos diminutos.
Mi
itinerancia médica es mucho más que caminar, es dar permiso a los cuatro ángeles
que custodian las cuatro esquinas del mundo para que me lleven, detenidos los
cuatro vientos, por rutas luminosas y oníricas o me introduzcan en cavernas
tenebrosas.
Hoy
itinero hacia el Galacho de Juslibol, voy rumiando la noticia, flecha envenenada
disparada por el Obispo Luis Argüello García, que acabo de leer en los
periódicos del día.
Afirmación
tan rotunda, tan dogmática y tan falsa, que no huele a evangelio sino a algo
rancio, diabólico y trasnochado.
September
11, 2001, los pasajeros de United Airlines, Flight 93, son conocedores del
ataque a las Torres Gemelas y saben que corren el mismo destino. Los terroristas
quieren que este vuelo no llegue a California, su destino, sino que se estrelle
en el U.S. Capitol Building.
Mark
Bingham, 1,93 m, joven, atlético, jugador de rugby, orgulloso de lucir una
cicatriz de asta de toro recibida en The Running of the Bulls en Pamplona, tenía
“big balls”, era “enteramente varón” y era gay.
“Vamos,
arremete contra nosotros, pues el hombre se mide por su bravura”, leo en el
libro de los Jueces 8,21, y Mark Bingham, muy macho y muy atrevido, se enfrentó
a los terroristas y consiguió que estos no alcanzaran su objetivo y que el avión
se estrellara, sin causar una catástrofe épica, cerca de Shanksville,
Pennsylvania. Gay hero emerges from hijacking, tituló el The Washington Post.
!Qué
ceguera la de la Iglesia, expresada con burda exageración por el Obispo Luis
Argüello!
Y el Obispo habló:
“Enteramente
Varones,
por tanto heterosexuales”.
Me
viene a la mente que tenemos un ministro openly gay e Irlanda tienen un Primer
ministro openly gay, ambos son “enteramente varones” y gay. No son un peligro
social, sino servidores públicos admirables. Y la diócesis anglicana de New
Hampshire consagró obispo a Gene Robinson “enteramente varón” y gay, en 2004.
Shaye
J.D. Cohen, mi rabino y mi profesor on line, suele decir: “Los judíos vivimos
obsesionados por la comida y las mil normas que regulan nuestra dieta
alimenticia, mientras que los católicos viven obsesionados por el sexo, tienen
sólo una norma, todo placer venéreo fuera del matrimonio es pecado mortal, punto
final.
Una vez
al año en el seminario se celebraba el “día de los fontaneros”. Dos médicos
venían a examinar a los seminaristas. Su misión consistía en certificar que esos
jóvenes eran “enteramente varones”. Después de un prólogo inocuo e innecesario,
examen de ojos, oído y de boca, tenía lugar el verdadero y deseado examen, la
bajada de pantalones, el desnudo frontal, el médico, se nos paraba el corazón,
bamboleaba el chirimbolo, nos tocaba las bolas y recorría lentamente con sus
dedos la entrepierna, nos examinaba por detrás y con seriedad sinaítica decía,
subida de pantalones.
Esos
fontaneros, examinadores de lo externo, podían certificar que todos éramos
“enteramente varones”, pero nunca pudieron certificar para quién latían aquellos
corazones.
El voto
de castidad, exigido únicamente en la Iglesia latina, no es una vacuna que cure
la lujuria ni una esclusa que cierre todo el flujo vital.
“El
alma quería el cuerpo flaco, feo, famélico. Así pensaban escabullirse del cuerpo
y de la tierra”.
La
Iglesia está viviendo la pesadilla de la pedofilia. En este hoy, es tema
urgente, pero no el más importante.
El Papa
Francisco después de un comienzo triunfante y glorioso, saludado como el Pastor
de pastores, el que tenía que venir y el que la Iglesia necesitaba, está
viviendo ahora los seis misterios dolorosos. Tan urgente es el tema que ha
convocado a los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo a
una gran asamblea, los días 21 al 24 de febrero en Roma. Los Obispos
“enteramente varones” están llamados a ser los fontaneros del corazón.
Los
grandes proyectos de Francisco: ordenar los viri probati, el diaconado de la
mujer...todo eso se quedará en el tintero y lo recordaremos como el Papa que
luchó, pero no acabó con la pedofilia. Los pobres siempre estarán en medio de
vosotros y los pecadores también.
Grave y
urgente es el problema del presente, pero no hay que olvidar que más de cien mil
curas desde el Concilio Vaticano II hasta hoy, sacudidos por los seísmos de la
lujuria fornicaron mientras ejercieron el sacerdocio y, tras noches de
remordimientos y luchas en el corazón, contrajeron matrimonio. Estos curas
“enteramente varones, por tanto heterosexuales” son un gran escándalo para los
fieles y una cicatriz indeleble en el rostro de esta Casta Meretrix.
Terminada
la itinerancia, vuelta a la Residencia de Mayores, lugar libre de turbulencias y
seísmos.
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