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Insultos

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Pero sólo el hombre es para sí mismo una carga pesada.

Y esto porque lleva cargadas sobresus hombros demasiadas cargas ajenas.

Semejante al camello, se arrodilla y se deja cargarbien”.

En la España vaciada, -y por vaciar- digitalizada y perfumada con “212 hombre” de CarolinaHerrera, la expresión “jurar como un carretero” está discontinuada.

Desaparecidos los carros, las carretas y los carreteros, mulos y mulas, ya no hay a quien darlatigazos, a quien jurar y blasfemar.

El nombre de Dios está menos vociferado.

Dios ha muerto un poco,su nombre ya no se invoca en vano y hasta las campanas han dejadode sonar y convocar.

Dios, el único ser absolutamente necesario, blasfemado, calla y nadie lo defiende.

España, Spain is different, a pesar de todo, sigue siendo el país de “me cago en…todo.

El vocabulario de los jóvenes, ayunos de religión y de objetos sagrados, hijos de la laicidadmás extrema, ni juran ni blasfeman, cultivan el cuerpo, su templo es el gimnasio, su alma, trajede primera comunión, se ha quedado pequeño y fue al contenedor de Cáritas.

Los insultos religiosos, meapilas, beata fariseo…por pura ignorancia, están en retirada.

Hoy somos muy sensibles a los insultos machistas y racistas.

En el patio de las escuelas, los muchachos intercambian los “gilipollas” como si de cromos setratara.

Nadie pone el grito en el cielo, nadie apela a la autoridad paternal o escolar, se dan y sereciben como trofeos y punto.

Los estudiosos de los insultos han recogido más de ocho mil y afirman que “gilipollas” es el reyde los insultos en todas las naciones y autonomías del país.

Los niños están al día.

En el Campo de Futból.

Nunca el analfabetismo se hizo millonario, pero el negocio del futbólmueve más millones de Euros que todos los Casinos de las Vegas y sus protagonistas,endiosados, cagan Euros con los que compran Rolls-Royces, Lamborghinis, Mercedes y otrasmuchas baratijas en Ibiza.

Les encantan las portadas de los periódicos, son famosos y venerados imparten másbendiciones que los curas.

No son meapilas y no han oído nunca: “si te insultan, ora por los que te insultan”, “si te peganen una mejilla, pon también la otra”.

Pero sí son muy sensibles, enfermizamente sensibles, alos adjetivos con que su feligresía boba entona la letanía de sus éxitos o de sus defectos y desus colores.

En el Campo de Futból los árbitros, de generación en generación, han sufrido los mayoresinsultos en la asamblea futbolística, palabras gruesas, a las que sabiamente y pacientemente,hacían oídos sordos, era parte del guión, propina no deseada.

Insultos a mí!.

Los futbolistas, trabajadores importados y “cualificados”, ameritan un trato especial.

Tienen pelo“malo”, piel fina y oídos perfectos.

Sus lamentos, sensibilidad ambiental, cambio climático lingüístico, amplificados por las ondas ylas redes sociales, se convierten en bostezos impertinentes.

En la liturgia de la iglesia los amenes, los aleluyas, la glosolalia y los solos inspirados sondistracciones necesarias del Espíritu.

En la liturgia futbolística, los gritos, los abrazos, los insultos blancos, colorados o negros, berreadominical, son parte integral, parte del show total.

Bienvenidas vuestras exclamaciones eufóricas.

Ahorraos vuestros lamentos.