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Idolatría Disfrazada

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la Ley de Moisés”...Lucas 2,22


“Simeón impulsado por el Espíritu fue al Templo”... Lucas 2,27


¿Están ustedes aquí, en el Templo, porque lo manda la Ley, el cura, el catecismo, por miedo al
infierno…?


Mis feligreses, perplejos, mueven la cabeza y no se atreven a contestar.


Ese es su problema, les dije, tienen mucha obediencia, mucho miedo,y poco espíritu.


José, María y Jesús acudieron al Templo para cumplir la Ley de Moisés. Cinco veces menciona
Lucas la “Ley del Señor”.


Simeón y Ana, guiados por el Espíritu, no por la Ley, fueron a adorar a Dios, al Salvador.


Presentarse en el Templo es presentarse ante los funcionarios del Templo.
Cumplir la Ley da poca recompensa.


Dejarse guiar por el Espíritu, sin intermediarios, sin funcionarios, la recompensa es encontrarse
con Dios.


La Biblia, Palabra de Dios proclamada y predicada los domingos, historia de nuestros
encuentros y desencuentros con Dios, nos dice la única verdad que importa, Dios Existe.


Desde la primera página del Libro se nos dice que los primeros seres humanos, Adán y Eva,
hablaban con DIOS. Su monoteísmo no fue fruto de un sermón, fue experiencia íntima, diálogo
diario al pie de la escalera del Edén.


Israel, el pueblo de Dios, al pie del Sinaí, presenció la Gran Teofanía de Dios, contempló su
gloria, escuchó su voz y dijo sí a su Alianza. La generación presente y las generaciones
posteriores y venideras, la nuestra también, todas monoteístas.


El judaísmo exige reconocer que solo hay UN DIOS y prohíbe dar culto o venerar a nada ni a
nadie que no sea DIOS.


“DIOS, blessed be he, es el Único que es digno de ser adorado, alabado, exaltado y obedecido
en sus mandamientos…Dar culto a cualquier otro ser, ángeles, estrellas, hombres…nos incita a
pensar en ellos y a arrinconar a Dios.


Maimónides, monoteista radical, Dios no necesita una corte celestial, niega la necesidad de
intermediarios para comunicarse con Dios. Los intermediarios rebajan la dignidad del hombre, y sugieren que no es digno y no es capaz de darle culto sin las pobres muletas de los
funcionarios.


Los intermediarios, ya sean ángeles, santos, funcionarios, calendarios, estampitas a besar,
fórmulas mágicas…investidos de poderes sobrenaturales son divinizados, invitación a dar un
pequeño salto a la idolatría.


“Caí a los pies del ángel para adorarlo y me dijo: Mira, no lo hagas. Yo soy un compañero de
servicio tuyo y de los hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este Libro.
ADORA A DIOS”. Apocalipsis 22,9

Cuanto menos conocemos a Dios menos lo amamos, más necesidad tenemos de los
ineenciales de la religión.


Los místicos, uno en el UNO, siempre apuntan y dan en el blanco.


Los católicos, coartada opioide, nos despachamos con el eufemismo venerar.


No adoramos, sí veneramos. Los santos, distracción mortal, son veneración diaria y necesaria.


Dios es más pretexto que único texto.