Grupos de Autoayuda

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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“La amistad nace en el momento en que una persona dice a otra, ¿oh, tu también? Yo pensaba que era el único”. C.S. Lewis

En el segundo relato de la Creación del Libro del Génesis leemos: “Y dijo Dios: no es bueno que el hombre esté solo”. Seis veces había visto Dios que “todo era bueno” y la séptima vez Dios vio que “todo era muy bueno”.

Sólo una vez dijo Dios que algo no era bueno: “NO es bueno que el hombre esté solo”.

Desde entonces el hombre se completa, se acopla y se trasciende en el amor carnal y espiritual.

Detrás de cada crimen hay una persona nada o poco amada.

Llamamos a nuestra sociedad, la sociedad del bienestar, la sociedad del tener, tener lo necesario y lo superfluo. El tener nos reviste de una aureola de libertad que oculta nuestra esclavitud.

Vivimos más asaeteados que San Sebastián por las flechas venenosas de los medios de comunicación. Todos los virus y los miasmas que produce la sociedad nos llegan vía whatsapp, youtube, SMS, tweets, internet, televisión… a cualquier hora del día y de la noche.

Este mundo nuestro, lleno de basura vírica y erótica, nos aliena, nos roba la paz, nos deprime y hace que vivamos más excitados que los conejos y más deprimidos que los murciélagos.

Vivimos sitiados. ¿Quién nos liberará?

Los hombres que piensan y toman la temperatura, a esta manada humana que viaja anestesiada por la vida, le escriben libros de Autoayuda para liberarla del estrés del diario vivir y, por medio de palabras, ofrecernos el Prozac liberador.

Los títulos son legión y son tan sugerentes que su sola lectura evocan sanación y libertad.

“Tus zonas erróneas”. Ya sé donde tocarme.
“La brújula interior”. La aguja imantada busca mi norte.
“El arte de no amargarse las vida”.Son muchos los que me amargan la vida, pero yo soy, con creces, el peor de todos.
“The gifts of imperfection”. Los primeros auxilios para ser feliz es saber gozarse en la propia imperfección.

Eso tan evangélico de “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”, dejémoslo para los ángeles que no tienen ego y no son de carne y hueso

“The Power of Now”. El clásico, “Hoy empiezo”. Dios es sólo presente y yo también.

¿Vivimos sitiados? ¿Quién nos liberará?

Los libros de Autoayuda nos abren los ojos, nos dan un chute de energía y un subidón de entusiasmo, pero todos necesitamos algo más que un sermón de 250 páginas.

“No es bueno que el hombre esté solo”, démosle un Grupo de Autoayuda.

Los Grupos de Autoayuda se han multiplicado en estos tiempos tan individualistas. Son como los primeros auxilios para náufragos.

En el Grupo se comparten historias, sentimientos, se abren los libros de la vida sin ocultar las páginas negras, los capítulos escabrosos y todos, hermanados por la misma miseria, se sienten animados y animadores, aconsejados y consejeros, vacíos y llenos.

Unidos por un mismo problema, en unos Grupos es el alcohol, en otros el sexo, en otros el dinero, en otros la pornografía o el juego o el consumo o la soledad… la fuerza del Grupo es terapéutica y consigue más que la farmacia.

Todos buscan la SALIDA y juntos la encuentran. Hay salvación, gracias al Grupo de Autoayuda.

En la dimensión del alma, de las profundidades del espíritu, los nuevos movimientos que el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia son verdaderos Grupos de Autoayuda espiritual.

Los círculos de oración, los círculos bíblicos, el movimiento neocatecumenal, el encuentro matrimonial, las comunidades de base… cientos de movimientos que no necesitan ni la guía ni el control de los presbíteros, son manantiales de fraternidad, despertadores de la fe, generadores de vida y conversión, venas místicas y bíblicas que transforman personas que, a su vez, transforman la iglesia y su entorno familiar y social.

Las Comunidades religiosas no son Grupos de Autoayuda. Ojalá lo fueran un poco, sólo un poco, y serían más alegres, más liberadoras, más comunidad.

No nos une un problema ni una adicción como a los Grupos de Autoayuda, -aunque, como personas de carne y hueso, tenemos problemas y adicciones que reprimimos y ocultamos a los demás-, a nosotros nos une un proyecto, más de trabajo que de vida, un Ideal tan elevado y sublime que es difícil de concretar y amar.

En los Grupos de Autoayuda se lidia con lo concreto, con lo que tiene nombres feos, con lo que se puede describir gráficamente y todos pueden entender, en las Comunidades religiosas se predica lo sublime, con palabras sublimes, en medio de un silencio reverencial y glacial.

Mañana, el diagnóstico.