Espacio Lleno, Tiempo Vacío

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Es una perfección absoluta, y como divina, saber gozar lealmente del propio ser. Perseguimos otras condiciones porque no entendemos el uso de las nuestras, y salimos fuera de nosotros porque no sabemos lo que hay dentro”.

La Biblia que abrimos todos los días, más que de geografía, es el Libro del Tiempo, de la historia, memoria de un ayer lejanísimo, y de un hoy, nuestro hoy y del futuro, nuestro futuro.

Vivimos bajo el imperio del AHORA y nos lamentamos del tiempo perdido y de las mil oportunidades desaprovechadas. Las prisas extinguen el misterio del tiempo. Huimos del tiempo y nos refugiamos en el espacio.

Sabemos cómo llenar los espacios. Somos coleccionistas de todo tipo de artilugios y nos cuesta desprendernos hasta de los trastos más inútiles. Vamos de los grandes almacenes, a las rebajas, a los flea markets, dejamos que Amazon nos envíe sus cajas, compramos en eBay… Compramos Trasteros o alquilamos espacios en Mini Storages near me, para guardar la basura acumulada que ya no revisaremos.

¿
Es FaceBook el Gran Trastero Abierto al mundo, el retrete donde depositamos nuestros excrementos favoritos, mero bavardage intarissable?

Los espacios religiosos,Trasteros Divinos, convertidos en museos, en Edades del Hombre, para hombres de la tercera edad, los hemos llenado de escayolas policromadas, de retablos admirados con ojos silenciosos y con piedras milenarias que se miran con indiferencia, son más los espacios de la curiosidad que de la divinidad.

¿
Y pensar que ahora lo tenemos todo almacenado en un celular omnipresente, omnisciente y omnipotente? Este sí que es el Gran Trastero de todas nuestras bendiciones y maldiciones.

Dios no necesita tu espacio, necesita tu tiempo, tu oración, total attention.

Nuestro gran problema es cómo llenar el tiempo. “Time is the heart of existence”.

Las actividades espirituales, poco o nada apetecidas por los niños, destinatarios de la pastoral, viven tiempos de rebajas y hasta los frailes, responsables de cuatro casas, van de reunión en reunión o de aeropuerto en aeropuerto como si fueran importantes CEOs, su tiempo, locura lírica, lo malgastan en cualquier espacio menos en la soledad de la capilla.

Tiempo vacío, cheque en blanco a depositar, día tras día, en el banco de la eternidad.
Lo sepamos o no, el Tiempo es nuestra posesión más preciosa y no necesita un trastero.
¿Cómo ser fieles a la tierra y al cielo a la hora de presupuestar nuestro tiempo?

Como Dios no nos deja mensajes en el mailbox ni en los mil reenviados wharsapp no le contestamos ni le reenviamos. Dios es el que nos tiene unidos a El, a nosotros nos toca activar la conexión.

Uncidos como estamos al pesado yugo de la rutina martirial, buscamos en la superficie, afuera de nosotros mismos, cuando Él está adentro.

Sufrimos la enfermedad de las prisas, ricos en “tiempo”, son muchos los que viven superestresados doing nothing.

En la larga lista de los to-dos, todos los días de la semana, domingos incluidos, están llenos.
Dios no está en ninguna lista.

Slow cities, slow down, turn down the volume, mindfulness, nuevas consignas para todos los deprimidos y estresados.

Nosotros, los que tenemos un “adentro”, experimentamos la plenitud, la totalidad del ser en la presencia de Dios en mí, y huimos de la fragmentación de la vida, mosaico de relaciones y trabajos, nunca conjuntados.

El trabajo de los hombres es conquistar el “espacio” y santificar el “tiempo”.