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El Timo de la Estampita

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Los que vivimos en una Residencia de Mayores, y los que como nosotros, vivan donde vivan, viajamos todos en el Ave, en el vagón del silencio sin datos, sin Wifi, y sin más links que nuestro yo, nosotros no crecimos con cromos de colores, crecimos con estampitas en blanco y negro.

Cada domingo recibíamos la estampita del santo del día, la propina dominical.
Galería coleccionable de la santidad.

La Biblia, colección de los grandes pecadores, Caín, el primer criminal, Noé, el primer borracho, Tamar, disfrazada de prostituta, Onán, telonero del onanismo, el rey David, adúltero y criminal, el pueblo entero, idólatra, arrodillado adora un becerro de oro…no estaba en el Índice de los Libros Prohibidos, pero su contacto daba calambres.

Léon Bloy, fanatizado como todos los conversos y lleno de celo por las cosas de Dios, afirma que ``El cristiano que no es santo es un cerdo``.

La afirmación de Bloy no alude a los ``santos diplomados`` por la Academia Vaticana de la Santidad, Bloy piensa en los cristianos vivos, en los que siguen y son de Jesús.

Los ``santos``, primer nombre que lucieron los seguidores de Jesús, a los que Pablo saluda en sus cartas, no eran cromos coleccionables sino cristianos, hombres y mujeres de carne y hueso, amigos de Dios, que en sus vidas cotidianas vivían la espiritualidad de la imperfección.

Los cristianos del siglo primero no tenían estampitas, la santidad oficializada por Roma no existía, no tenían que imitar ni ser un Francisco de Asís ni Teresa de Calcuta ni el Papa de la sonrisa, sólo tenían que ser como su Maestro, su Señor, como Jesús, autopista hacia el cielo.

¡Qué pobres, ridículas a veces, las oraciones litúrgicas que elevamos a los santos diplomados!

Los que vivimos en las Residencias de Mayores no sabemos el día en que vivimos, los móviles en off, sin más vida social que algunas llamadas de la familia y las citas médicas, nos sobran los mapas y los calendarios.

El Santoral es nuestro password y nuestro calendario, vamos de santo a santo.

Hoy, FaceBook, libro de curiosidades, de selfies, de videos super profanos y algunos religiosos, cocido en el que se cuece lo santo y lo porno, nos distrae.

Veo que el día de Todos los Santos, los diplomados y los anónimos de toda raza, pueblo y nación, los niños, ajenos a la santidad, se disfrazan de Josés, de Pancracios, de Domingos Savio, de Teresas…

No es necesario disfrazar a nadie con el traje de nadie. Ningún Halloween justifica esta fiesta de disfraces. No es necesario bautizar Halloween.

Todo cristiano, lo dice con violencia Léon Bloy, está llamado a ser santo, a encontrar su manera de vivir su amistad con Dios en la vida ordinaria, no en la nube.

Nadie está llamado a ser un clon de nadie. Sólo el Tú sólo Santo es nuestro guía y nuestro pastor. Que sea Él el que nos alimenta.