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El Semáforo Cuaresmal

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Las luces del semáforo cuaresmal, en tiempo del Coronavirus, cambian continuamente y nos mantienen en vilo.

¿
Recuerdan la Cuaresma del 2020?

El semáforo estuvo en ROJO. Maldecíamos el STOP Total. La vivimos en clausura monacal. Enjaulados, maravillosos balcones, nos quedaban también las ventanas virtuales: la televisión, Google, Facebook, el celular…

Los templos precintados, adiós a la asamblea litúrgica, a los rezos súbitos, a la Cuaresma en la iglesia y a la cuaresma de tambores y cornetas, callejera.

El tiempo cuaresmal, según el Concilio Vaticano II prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la Palabra de Dios y a la oración, para que celebren el Misterio Pascual sobre todo mediante el recuerdo o preparación del Bautismo y mediante la Penitencia”. Sacrosantum Concilium 109

HOY, el Semáforo Cuaresmal sigue en ROJO para la cuaresma callejera: los uniformes de los cofrades que sigan en los armarios y que los tambores no rompan nada.

El color AMBAR, momento de la decisión para los cofrades tibios, privados de su particular cuaresma callejera, tienen que elegir entre la Cuaresma interior, la del Templo, o nada.

La Cuaresma en la imaginación y en la praxis del pueblo cristiano, es el tiempo del Semáforo en ROJO. Es el tiempo de los NOES, Tiempo de la ascesis, de las penitencias, de las privaciones, de la seriedad, del luto y de la tristeza porque sí.

El Concilio Vaticano II, la ventana del Espíritu, nos invita a redescubrir su origen y su meta.

La Cuaresma es tiempo bautismal, catecumenado de adultos, después de un largo camino, los neófitos bajarán los 7 últimos peldaños para sumergirse en la piscina bautismal y así ahogar la vida vieja y emerger blancos, resucitados y con una nueva identidad.

El Concilio nos dio el RICA y las iglesias, en la Vigilia Pascual, se convierten en centros de maternidad, alumbramiento maravillosos a la vida cristiana.

Y nosotros los ya bautizados, los que creemos que ya nos lo sabemos todo, los que hemos consumido los esenciales de la fe y sobre todo los inesenciales, ¿qué tenemos que hacer?

Tenemos que dejar a Dios ser Dios, dejarle hacer su trabajo, permitirle que nos purifique y santifique.

La vida cristiana no es cuestión de tiempos litúrgicos, no es cuestión de puños, de fuerza de voluntad, lo nuestro es querer, pero el poder es de Dios.

Nosotros, pueblo de Dios, los que creemos y practicamos lo que creemos, esta Cuaresma y todos los días del año, 24/7, tenemos que escuchar la Palabra de Dios, guardarla en el corazón y meditarla.

Ojalá cada cristiano tuviera un libro favorito de la biblioteca bíblica y lo leyera y releyera.
“Teme al hombre de un solo libro” magister dixit.

No tengamos miedo a convertirnos. La conversión, palabra tan manoseada, no es ser menos sino ser más.

La receta del evangelio de Mateo, capítulo 6, igue siendo válida para la Cuaresma 2021 y para todo tiempo.

Cuando ORES… vive conectado con Dios, origen de la vida.

Cuando DES LIMOSNA...vive conectado con los hermanos, dar y recibir son las dos caras de la misma moneda.

Cuando AYUNES… vive conectado con tu ser más íntimo. Aléjate de las armas de distracción masiva.

Papá Dios, te lo suplico, pon, por favor, el Semáforo de la Cuaresma en VERDE para que podamos celebrar la Cuaresma y el TRIDUO PASCUAL en los templos.

El folclore de imágenes sangrientas, de tambores y cornetas, de interés turístico internacional no me interesa. Lo puedes poner y mantener en ROJO.