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El Pilar vs Los Pilares

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos… Y sé todos los cuentos”.

León Felipe Jesús contaba cuentos, parábolas, que seguimos contando en las celebraciones litúrgicas.

“Un hombre tenía dos hijos, el menor le pidió su herencia que dilapidó con malas mujeres”.

Cuento sobre todos los “hijos pródigos” sentados en los bancos de la iglesia.

Job, personaje de los mil porqués, poético y profundo e impertinente en sus preguntas, existió como resultado de una apuesta cómica entre Dios y uno de los “hijos de Dios”, satán, el fiscal, y ni siquiera se nos presenta como judío.

Los personajes de la literatura, los que nunca han existido, describen la existencia humana con sus disfraces y sus pasiones, a veces, son mucho más reales, más auténticos que las sombras que te tropiezas en la calle.

La Fiesta de La Virgen del Pilar dura una hora, los Pilares duran nueve días.

Legend has it, la leyenda del viaje de la Virgen María de Nazaret a Zaragoza, cuento maravilloso que todos los aragoneses, creyentes, no creyentes y los no etiquetados, aceptan como acontecimiento histórico, no questions asked.

A las doce, mediodía, la megafonía de la Basílica del Pilar canta y bendice la “Hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza”.

Es la hora del ángelus, pausa orante en el salón de la ciudad.

Este viaje no fue ni terrestre ni marítimo.

Los caminos del Señor son inescrutables.

La presencia de María más que física es espiritual,invisible, inaudible, personal, sueño digno de ser contado.

Anoche soñé, bendita ilusión, que la Virgen María llamaba a la puerta de mi corazón.

Su presencia se vive y se celebra en todos los lugares de la tierra, donde hay un católico, allí está María y se crea y se cuenta una leyenda y se levanta una ermita y se celebra anualmente una fiesta en su honor y se le da un nombre nuevo.

Los mejicanos son cien por cien Guadalupanos.

Fanatizados los he visto yo, entre flores y mariachis, cantando: “Estas son las mañanitas que…Jesucristo viaja de incógnito y nadie lo ve.

Los zaragozanos, año tras año, agrandan la leyenda, el termómetro del fervor, fievre incontenible, se dispara disparatadamente, las flores se multiplican, las jotas no cesan, las cintas se agotan, las multitudes se reciclan sin parar, más folklore que fe, más negocios que oraciones, más selfies que besos a su pilar… A la Virgen del Pilar le pedimos “firmeza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor”, pero ella, a pesar de los magnifícos piropos: Torre de David, Casa de oro, Puerta del cielo, Estrella de la mañana”…no puede competir con las extravagantes y costosas ofertas culturales, musicales y gastronómicas con las que la sociedad divierte y entretiene a los ciudadanos.

Hemos celebrado su venida, pero no su partida porque la leyenda de la Virgen del Pilar la seguimos contando de generación en generación.

Ya no se celebra la fiesta de la Virgen del Pilar, ahora se celebran LOS PILARES.