xº

El Adversario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

.  

 


El extraño y maravilloso Libro de Job”, así comienza el capítulo XXII, Parte Tercera, del Libro Guía de Perplejos en el que Maimónides nos ofrece su personal reflexión sobre JOB.

Maimónides escribe su Libro para los judíos comprometidos, creyentes y observantes, los que viven con dudas y preguntas, los que en el Bet Midrash formulan cientos de porqués y de cómos. No es un Libro para novatos y despistados ni para los que dejan, no sólo el sombrero sino también el cerebro, a la entrada de la sinagoga.

La Biblia, biblioteca del cristiano, visitarla diariamente es un acto heróico, perverso y llamar a uno de sus libros “mi favorito” es una gran extravagancia.

Yo cada día añado un libro nuevo a mi sección de favoritos, pero JOB más que favorito es fijación.

JOB, nombre que nos suena gracias a la carta de Santiago 5,11, “habéis oído la paciencia de JOB”, pero la verdad es, cree me, que nosotros tenemos mucha más paciencia que JOB.

A JOB la paciencia le dura un prólogo,a nosotros nos dura unos cuantos capítulos.

JOB, según Maimónides, nunca existió, ficción poética, parábola hermosa que contiene profundas ideas, grandes misterios, que elimina dudas y que revela verdades importantes.

“Un día los hijos de Dios se presentaron ante el Señor y el adversario vino también con ellos” Job 1,6

El “adversario” se presentó sin ser esperado ni invitado. No está relacionado con los seres de arriba y no tiene sitio entre ellos.

“La Biblia ya no está en el cielo”, está en manos de los hombres y su interpretación también.

Los rabinos han dado miles de interpretaciones a este versículo, almacenadas en el Talmud, todas son válidas, todas verdaderas, unas más convincentes que otras, la de Maimónides, siempre favorita y la más citada, es la más creíble y hasta YHWH la recomendaría.

JOB, el hombre más rico de oriente, cae en manos del “adversario” y éste destruye toda su propiedad: siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas de burras. Sus bienes materiales son algo ajeno a él, no añaden nada ni a su persona ni a su perfección. Mal tolerable.

El “adversario” acaba con su familia, sus siete hijos y sus tres hijas. Son sus hijos e hijas. Tiempo de duelo, de lágrimas, pero mal tolerable.

Finalmente el “adversario” hiere a JOB en su “carne y en sus huesos”.

El mal que afecta a Job en su persona es intolerable y su virtud y su mundo se tambalea, se derrumba.

Pero el “adversario” no tiene poder sobre su nefesh, el alma, lo que sobrevive. “Piel por piel”, el “adversario” hirió la piel externa, pero “respeta la vida”, no pudo alcanzar su piel profunda.

La tradición rabínica, desconocedora del pecado original, enseña que dentro de cada ser humano anidan dos “inclinaciones”: la inclinación al bien -YETZER-TOV- y la inclinación al mal - YETZER HA RA -.

La primera evoluciona y se activa a medida que la mente se desarrolla. Es un niño.

La segunda está viva y activa desde el primer día de la existencia. Es el Gran Rey.

El “adversario”, satán, el Yetzer Ha Ra, y el ángel de la muerte son uno y el mismo ser.

“Servid a Dios con la inclinación al bien y con la inclinación al mal” dice el Talmud.