Ejercicios Espirituales

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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La religión es la vacuna, antes de todas las vacunas, que ofrece protección, y algunos la toman tan en serio, que se sienten protegidos contra la única experiencia que importa, la experiencia directa de Dios.

El hombre, vacunado o no vacunado, está condenado a vivir la ̈espiritualidad de la imperfección.

El hombre, bendita ilusión, es un dios pero un dios que caga, dice con humor un autor, experto en vacunas.

Los sacerdotes, los frailes y las monjas, son convocados anualmente a realizar maniobras espirituales, son ̈contados, medidos y divididos ̈ en el estadio de la vida, radiografía de la mediocridad aceptada y con escasos visos de mejora, efecto secundario de la vacuna de la religión.

Enumerar la lista de los ejercicios deportivos, acuáticos, aéreos o terrestres, que se practican en la sociedad del entretenimiento sería insoportable. Pocos son los que los practican, muchos son los que los consumen.

Los ejercicios espirituales para el clero y religiosos son también abundantes y tienen muchos ingredientes comunes. Pocos son los que los necesitan, muchos son los que los aguantan.

A mí no me gustan los Ejercicios Rebaño. Te apuntas a una tanda porque sí, el rebaño te ahorra imaginación e introspección, balas con el rebaño y comes el menú del día, no opciones sugeridas. En este sancocho, aparte de las sesiones aburridas, aptas para todos y oídas por todos, el rebaño, en sus tiempos de sestear, gracias a la Wifi, a Facebook y demás armas de distracción masiva, se conecta con el trajín de la cotidianidad y se protege de la novedad profunda y molesta del Gran Yo, profundidad inabarcable para un yo diminuto que nunca acaba de nacer.

There is no Exit de la condición humana.

A mí me gustan los Ejercicios personales, yo y mi personal coach, sin Wifi, sólo conectado con Dios. Dentro de los muros del monasterio o haciendo el Camino en solitario, alejado del mundanal ruido, nadie te espera, eres huésped del Señor. El mundo puede hundirse sin pedirte permiso, sin enterarte, pero vives en un mundo que no se hunde y que deviene más más seguro y más salvado.

El protagonista es Dios. ¿Y quién puede enfrentarse a su fascinante y tremenda presencia?
No se puede ver a Dios y seguir vivo.

Todos los días viajamos con la misma mochila, las mismas preocupaciones, la misma angustia, las mismas gafas...y aunque Dios no ocupa lugar ni pesa, sí divide, sí quiere separarnos de las virutas de nuestra pobre cotidianidad.

La tentación de lo familiar, puestos a elegir entre Las Maniobras bíblicas, teológicas o fronterizas...que el circuito de predicadores de Ejercicios organiza, los Ejercicios sobre EL FUNDADOR es la tentación de lo familiar, lo de siempre, el de siempre.

Dios no me va a preguntar porqué no he sido otro Calasanz, otro Francisco de Asís, otro...me preguntará porqué no he sido yo. Dios no quiere copias de otro medio santito.

Ahórrame la erudición libresca, la vida corregida, aumentada y novelada, las obras completas, la obra definitiva.

Cuántos Fundadores, al leer sus biografías escritas por sus interesados seguidores, gritarán, ese no soy yo.

Cómo nos gusta recrear, re_ dorar, reeditar a nuestros Fundadores y olvidar y silenciar sus errores, sus fracasos y sus pecados.

Los Ejercicios sobre los Fundadores aportan erudición innecesaria a una feligresía del siglo XXI incapaz de sintonizar con el ayer. Hay carismas eternos y los hay de temporada.

Los lobos aullaban mientras Calasanz dormía.