El
lector perplejo de Maimónides se asemeja a un hombre que tiene dos mujeres, la
Torah y su propia inteligencia.
Después de leer en el Génesis que Dios creó al hombre “a Su imagen”, el hombre
se siente perplejo ya que Dios es incorpóreo y no tiene imagen.
Su amor a su primera mujer, la Torah, le lleva a creer en el significado literal
de las palabras, su inteligencia, su segunda mujer, le exige seguir el sentido
analógico.
Así pues se encuentra enfrentado a una guerra uxorial y no sabe qué camino
tomar.
Cenaba anoche en un restaurante muy jovial, muy ruidoso y muy cervecero con una
feligresa, consumidora de religión, matar el tiempo para ella es oír tres misas
seguidas de tres rosarios.
Le hice la pregunta que yo acababa de contestar por la mañana a un feligrés.
¿Es lo mismo Religión que Espiritualidad? ¿Se puede ser espiritual sin Religión?
Tú estás casada con la religión, tu esposa se llama religión, le dije. Eres
esclava de la letra, a mayor consumo de religión, a mayor adicción a la
religión, a los funcionarios de la religión y a sus mantras, menos necesidad de
Dios, menos conexión con Él, el hombre es tu WIFI, menos espiritualidad, menos
fe.
El ruido era tan fuerte que yo también levantaba la voz y los brazos contagiando
a los comensales risueños. El steak, náufrago entre las hojas de arúgula, se
enfriaba.
La religión como comentaba el guitarrista Santana es CocaCola, negocio que
necesita publicidad, espectáculo y consumo diario, tres veces al día.
La espiritualidad, silenciosa quietud, fuente de agua viva, culto en “espíritu y
verdad” es permanente conexión con el único Mediador, Jesucristo, entre Dios y
los hombres y unas gotitas de Religión.
Como, en nuestra perplejidad, a la hora de interpretar el Libro tenemos dos
mujeres, las dos complementarias y válidas, no hay que divorciarse de ninguna de
las dos, a la hora de vivir la fe deberíamos armonizar la religión y la
espiritualidad. Lo sencillo, lo fácil, lo de siempre es priorizar los
inesenciales de la pequeña religión, nos dan seguridad y creemos que es lo que
nos salva.
Me prometió dos cosas, la primera, dedicar más tiempo a la oración personal, a
la lectura de la Biblia, a una misa diaria y a menor dependencia clerical y la
segunda pagarme otro steak en un lugar más tranquilo, sin happy hour y sin
oficinistas y trabajadores salidos antes de volver a la tranquilidad del hogar.
Hoy, quedan pocos “católicos de siempre”, los de la misa dominical
“obligatoria”, la misa de siempre, sin las florituras postconciliares…
Los que aún saben y cumplen lo de “por Pascua Florida”,
Los que necesitan ser amenazados con los Novísimos: muerte, juicio, infierno y
gloria, sobre todo mucho infierno. Sin infierno no hay religión.
En el último velorio que he celebrado, las dos botellitas de Chivas Regal y el
Word Search que acompañaban a la difunta, me sirvieron para aterrizar a lo
terrenal, lo que la gente entiende y vive, celebra y ríe, reímos y casi nos
bebemos el whiskey.
El catolicismo inmutable, si ha existido alguna vez, y los curas de siempre
cuentan con adictos aunque todo va a menos.
En esta cultura acelerada, la que nos engulle a todos, nada es inmutable.
La desafiliación religiosa, No religión, No espiritualidad, no es un trending
topic, es una realidad medible, contable y tan tangible que asusta y duele.
Los católicos de siempre hemos vivido bajo el signo de la “vida eterna”,
palabras que hoy son vacías para los europeos. Nuestras oraciones litúrgicas no
piden otra cosa. La “salvación” post mortem no es una de las preocupaciones del
hombre unidimensional
Nuestras devociones y Romerías, actos religiosos que no espirituales,
protagonizados por los que se definen como “católicos no practicantes” son el
folclore del atrio de los gentiles.
“Pero el atrio exterior del santuario déjalo fuera y no lo midas porque ha sido
dado a los gentiles, y pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses”.
Ap 11,2
La Iglesia, en estado de shock, reescribe nuevas teologías para contener el
tsunami de la increencia y dar respuesta y cabida a los hombres de una sociedad
permisiva y sin norte: teología feminista, queer, matrimonial para los recasados,
matrimonio para todos, origen de la vida y aborto, revisión de la teología moral
del sexto mandamiento…
Roma veduta, fede perduta. Roma locuta, causa finita. Religión vs
Espiritualidad. Mis dos mujeres bailan en el cementerio de las grandes palabras
que se han quedado chiquitas, olvidadas, discontinuadas.