xº

Cuando la Vida Religiosa es...

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

.  

 


Cuando la Vida Religiosa es poco religiosa.

Ni santos ni pecadores nos quiere Dios, nos quiere hombres, escribe Bonhoeffer. ¡Qué difícil ser plenamente hombre! Unos siempre crudos, otros demasiado tostados.

Durante cinco meses he confesado, mejor, he conversado con un religioso, no había materia de confesión a pesar de la absolución final, su lista no era ni larga ni corta, ni venial ni mortal, era imaginaria.

Un hombre un poco crudo. La inmensa mayoría de los religiosos y religiosas a pesar de los muchos años de vida cristiana han vivido poco religiosamente, han vivido bajo una Regla, demasiado humana y, a veces ridícula, no un Evangelio.

La Vida Religiosa programada, aborregada, sin shocks, sin responsabilidades ad intra ni ad dextra produce personas crudas o muy crudas.

Un religioso inteligente y doctorado, le enterraron su “talento”, se quejaba con cierta amargura de no haber tenido nunca ninguna responsabilidad en la Institución, excepto haber ejercido de “secretario” de un capítulo local de dos días.

En mis ratitos de conversación intentábamos desenredar la madeja de su formación, cajón empotrado, que se puede vaciar pero siempre sigue ahí. No eran escrúpulos, era la martilleante voz de la Regla, el yugo de la autoridad que se imponía al yugo suave del Señor Jesús.


La Vida Religiosa es la Vida Cristiana sazonada con hierbas aromáticas, ensalada de ortigas mortificantes, con consignas exclusivas, con nombres decorativos, Sor Justina de la llavecita del Sagrario, con fundadores santos porque sí o por cheques con títulos honoríficos de doctor, apóstol, mentor , guía de perplejos, pioneros…

La Vida Religiosa, enemiga de la materia, creación de Dios, impone a sus miembros ser tan o más espirituales que Dios despreciando todo lo material: el dinero mancha al religioso pero no a la Institución, la carne, aguijón paulino y de todo mortal, en la que habitamos, castidad, la más antipática de todas las virtudes, la voluntad supeditada más al hombre que a Dios, la burra de Balaán desobedeció a su amo y se quejó pero no desobedeció a Dios. Poco religiosa.

La Vida Religiosa, llamada a buscar los “placeres espirituales” y los religiosos dignificados por la aparente perfección nos erigimos en jueces y en autoridad, saboreamos el poder y despreciamos a la tropa. Poco religiosa.

La Vida Cristiana, la de todos los bautizados, los que gozan, no con títulos honoríficos y postizos, los creados no para ser mejores hombres sino para ser sus hijos, hijos de Dios. Nosotros somos un “work in progress”: demolición, comercial, intelectual, artístico…espiritual… proceso nunca alcanzado, meta de todos y patrimonio de nadie.

La Vida Religiosa, la de los libros que escriben los expertos, no la del Libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos y que nadie podía abrir ni mirar, la que sermonean, más por razón de su cargo que por convicción los superiores, son versiones bien intencionadas y tibias, con poca unción y poco Espíritu y con mucha letra gruesa.

La dimensión teológica, la del ser, la de la conexión con Dios, la única que importa, Alfa y Omega de toda Vida Cristiana, recibida no por herencia sino por “good infection” que diría C.S. Lewis, no nos aparta sino que nos hace pueblo con el pueblo de Dios.

Nuestra originalidad radica en estar anclados en el Señor, icono de la Vida Cristiana y de la Vida Religiosa. Más cliqueo en este icono y menos en el wasap y menos consumo de los innumerables inesenciales de la fe.

La Vida Religiosa, en su dimensión social, empresa laboral, “we ́re hiring” reza el cartel en la puerta del negocio, vive reclutando personal.

La plantilla, ayer, cubría todas las bases. Cada religioso y religiosa tiene su lista de agravios, lista poco publicitada pero sí cuchicheada en el confesionario y en los pasillos.

Milagro de la sumisa obediencia, nunca se ha hecho huelga, nunca se han reclamado derechos elementales y siempre se han cumplido los deberes, la procesión iba por dentro.

En este ámbito es donde la Vida Religiosa no fue, no es, y no será muy religiosa.

No ha habido Rebelión en la Granja, pero como en la Granja de Orwell, “todos los animales son iguales pero unos más iguales que otros”.

Hoy, la plantilla, bajo mínimos, la complementan hombres y mujeres que, ungidos por el Espíritu, han descubierto, ojalá, la dimensión bautismal de la Vida Cristiana.

Ahora, ellos nos dicen a nosotros, “nosotros somos los salvadores del “carisma”. Mis oídos los han oído.