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Conversando con el Cirio Pascual

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Te rogamos Señor, que este CIRIO, consagrado a tu nombre arda sin apagarse para destruir la oscuridad de esta noche y, como ofrenda agradable, se asocie a las lumbreras del cielo”.

Nuestras iglesias, las clásicas, con sus retablos, sus capillas, su galería de santos y santas, sus viacrucis...son pequeños museos. Los fieles, los clásicos, antes de sentarse hacen la ronda de la santidad, pero prescinden del Tú solo santo, presente en lo que un niño llama “el joyero”, el sagrario.

Las nuevas iglesias, las del post-concilio, lucen paredes de ladrillo, vacías y desnudas, los ojos no tienen donde posarse y las manos no tienen nada que tocar.

Para mí, alérgico a las escayolas, el símbolo más poderoso, más visual, más significativo, más majestuosos y más buscado, en una iglesia, es el CIRIO PASCUAL.

Protagonista durante la cincuentena pascual, ocupa un lugar, sin presentación ni mención, en la primera fila de las iglesias.

El resto del año, oculto en el baptisterio, no goza del estatus religioso que merece. En algunas iglesias sigue erguido y silencioso en el altar. Nadie sabe el porqué.

Me gusta y necesito mirar el CIRIO PASCUAL en las iglesias que visito.

Los hay altos como mayos y cortos como velitas, gordos como columnas y delgados como patitas de flamingos.

Me agrada, cuando en NYC, descansar en el jardín, área de descanso para caminantes, de la iglesia de la Transfiguración, conocida como The Little Church around the Corner. Me asomo a la iglesia y saludo el CIRIO PASCUAL, testigo permanente de la Pascua, que preside la mismísima entrada de la iglesia. Siempre es Pascua.

Un día, tiempo de Pascua, pregunté, en la homilía, a mis hermanos concelebrantes: ¿aún no han conversado con el CIRIO Pascual?

Está ahí, delante de vosotros, su llamita palpitante es como el leve susurro del Señor que pasa, mirad las grandes letras rojas, los clavos, los números… dan testimonio de Jesucristo.

La cincuentena pascual, domingo globalizado, es un gran regalo para comprender lo que de verdad es importante.

Pongo los oídos a los labios del CIRIO y le pregunto por las cuatro esquinas de la cruz.

Son los cuatro puntos cardinales, la tierra entera asociada al misterio total de tu Redentor. Su gran victoria quiere penetrar e iluminar los agujeros más oscuros y recónditos del planeta y de tu corazón.

No fue una vulgar escaramuza sino una gran victoria, obra del que lo puede todo.

Y son también los cuatro cuernos de oro de las cuatro esquinas del Templo de la Antigua Alianza. Asirse a uno de ellos era el salvoconducto que abría las puertas del perdón y de la vida.

Dime, CIRIO luminoso, ¿por qué te escoltan esos cuatro clavos?

¿
Por qué en tu día más glorioso no ocultas esas cicatrices tan feas?

Estas cicatrices que ves son la prueba de mi ministerio, demuestran a mis discípulos que soy el crucificado, evidencian mi sufrimiento, que no soy un fantasma, soy real. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo. No puedo ni debo ocultarlas, son parte de mi ministerio, son sermones vivos para mis seguidores.

¿
Existe alguien que haya dicho un sí rotundo a Dios y no luzca alguna cicatriz? El ministerio de las cicatrices es el necesario ministerio del servicio y del Amor.

Las cicatrices se curan despacio y hay que acudir al médico de las almas para hacerse chequeos periódicos. Acéptalas y déjate sanar.

Cómo me gustan esas letras rojas, el Alfa que te corona y la Omega sobre la que te asientas!

¿
Y por qué no luces una de las otras veintidós letras letras del alfabeto?

Yo Soy Alfa, Principio, y Omega, Fin. Vosotros sois las restantes letras.

Yo Soy, vosotros sois, si anclados en el que Es, Era y ha de Venir. Vuestra vida es un corto viaje al punto Omega. Evolución Total.

¿
No Crees, CIRIO asociado a las lumbreras del cielo, que esto es un galimatías?

Sí, gran galimatías, pero lo vuestro es buscar la verdad, sabiendo que la verdad plena sólo la encontraréis en el punto Omega.

2020. Veinte Veinte.

Cristo, Ayer y hoy. Tuyo es el tiempo y la eternidad. A ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Me instalas en mi tiempo, antesala provisional, de la eternidad. Eterno Hoy. Siempre Presente, siempre Pascua.

2020. Año del confinamiento, tumba sellada, desconexión total.

CIRIO, presencia silenciosa de Cristo Resucitado, tú eres la Wifi que me conecta con el Resucitado.

GRACIAS, CIRIO, asociado a las lumbreras del cielo.