Candidatos a Doctores de la Iglesia

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Los teólogos pusieron en marcha el engranaje del Concilio Vaticano II y engrasaron las mentes herrumbrosas de los Obispos para recorrer con éxito el camino conciliar.

Yves Congar, Henri de Lubac, Schillebeeck, Von Balthasar, Leonardo Boff, Hans Küng, Bernhard Häring…larga y gloriosa lista de maestros y doctores que saciaron nuestra ingenua curiosidad. Los leíamos con la misma avidez con la que Jeremías devoraba las Palabras de Dios.

Los Doctores de ayer, santos primero, Doctores después, nos han legado doctrinas y sermones que llenan bibliotecas, nosotros aún plagiamos algunas de sus frases más célebres pero, viejos de más de dos mil años, quedan fuera de circulación. En los tiempos del aggiornamento se trata de poner al día, no de retrotraerse dos mil años.

Ignoro los nombres de los teólogos estrella del circuito de conferenciantes que llenan las mentes y los corazones de los seminaristas de hoy. Sospecho que son más retro y sintonizan poco con el Papa Francisco.

Sí sé que los nuestros fueron y siguen siendo grandes teólogos y doctores.

Amigo, te preguntarás, ¿a qué viene esta monición de entrada?

El 21 de enero de 2022 fue firmado el decreto que declaraba Doctor a Ireneo, santo y mártir, un título más para este Obispo de Lyon que murió en el año 202 DC.

IRENEO, “Doctor Unitatis”, puente que une las dos grandes orillas, la de Oriente, la griega, y la de Occidente, la latina.

Roma, “la mujer borracha con la sangre de los santos y de los testigos de Jesús, la que se asienta sobre muchas aguas”, la que describe el Apocalipsis con adjetivos grafiteros, una vez cristianizada dejó de ser el enemigo a combatir y descubrió un nuevo enemigo: los herejes.

Ireneo, defensor de la apostolicidad y del dogma, escribió su Adversus Haereses y denunció a todos los herejes, los enemigos de la verdad. Más de un “hereje”, post mortem, ha sido rehabilitado y sus enseñanzas han sido celebradas y abrazadas.

Los judíos invocan el Deuteronomio 30,12. It is not in Heaven”, para recordarnos que nos toca a los creyentes buscar, interpretar y re-interpretar la Palabra de Dios que ya no está en el Cielo sino en la tierra, que no es para los ángeles sino para los hombres.

Ireneo, nuestro nuevo Doctor de la Iglesia nos dice en una frase célebre que lo que no entendemos aquí “nos lo explicarán en la eternidad”. El dicho infantil “doctores tiene la Iglesia” acumula muchas limitaciones para los doctores. Gloria a Dios.
Ireneo, me alegro de que, después de dos mil años, se hayan acordado de ti y te hayan colgado una medalla que no necesitas y que pronto será olvidada.

Los cristianos llevamos siglos separados, pequeña tragedia, y todos, a trancas y barrancas, viajamos por la única autopista que lleva al Cielo, Jesucristo. “Nadie va al Padre sino por mí”.

He aquí la lista de los candidatos a Doctores de la Iglesia.

Teresa de Calcuta. Pobre entre los más pobres y la pobreza de la noche oscura.

Oscar Romero. Constructor de la Paz

J. Henry Newman. Puente entre Anglicanos y Católicos.

Vicente de Paul. Monsieur Vincent suena mucho mejor que Doctor Vincent.

Ignacio de Loyola. Soldado del Evangelio.

José María Escrivá. La aristocracia del hombre corriente. Big pockets vs. empty pockets.

Etc…

El Hermano Roger construyó un puente, no metafórico sino real que, miles de jóvenes cruzamos y siguen cruzando en busca de la perfecta Unidad de las Iglesias cada vez que suben a la colina de TAIZÉ.

Hermano Roger, lo siento,no estás en la corta lista de los hombres, pero sí estás en la larguísima lista de Papá Dios.