HOMILÍA DOMINICAL - CICLO B

  Vigésimo séptimo DOMINGO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio ...

   

 

 Escritura:

Génesis 2, 18-24; Hebreos 2, 9-11;
Marcos 10, 2-16

EVANGELIO

En aquel tiempo se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: -¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?

El les replicó: -¿Qué os ha mandado Moisés?

Contestaron: -Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.

Jesús les dijo: -Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: -Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: -Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

HOMILÍA 1

Joaquín y Rebeca llevaban ya 10 años de casados y no tenían descendientes.

Joaquín decidió divorciarse y fue a ver al rabino para hacer los trámites del divorcio.

El rabino le dijo: Joaquín recuerda que celebramos una gran fiesta el día de tu boda, es justo que también celebremos otra gran fiesta para tu divorcio.

Durante la fiesta y siguiendo los consejos del rabino, Rebeca ofreció a su esposo el mejor vino. Y éste mientras bebía le dijo: Amor mío, puedes coger lo que más te guste de la casa y llevártelo a la casa de tu padre. Y se quedó dormido.

Rebeca lo acostó en la cama y con la ayuda de los invitados lo llevaron en su cama a la casa del padre de Rebeca.

Cuando se despertó al día siguiente, preguntó: ¿qué estoy haciendo aquí? Y Rebeca le contestó: sólo he cumplido tus órdenes. Traje a la casa de mi padre lo que más me gusta y eso eres tú.

Joaquín la abrazó y se olvidó del divorcio. Semanas más tarde Rebeca quedó embarazada.

A Jesús le hacían todo tipo de preguntas.

  • sobre el trabajo y el ayuno en sábado.

  • sobre los impuestos para el emperador.

  • sobre la pena de muerte y la mujer adúltera.

  • sobre la resurrección de los muertos…

Y también sobre el divorcio. ¿Puede el marido, siguiendo a Moisés, despedir a su esposa?

Pregunta que hoy seguimos haciendo a los jueces, a los psicólogos y a la iglesia.

El matrimonio "hasta que la muerte nos separe" es un ideal hermoso pero es también una realidad rota, casi inalcanzable en este mundo nuestro en que todo es desechable.

En este vivir aquí y allá, en Soria y en Cádiz, en España o en Méjico, hay que tener una rueda de repuesto, una manta extra para el frío y ¿también una mujer extra?

Los seguidores de Jesús, de aquí y de allá, estamos llamados a vivir en fidelidad.

En este mundo de la velocidad y la movilidad, el arte de amar, la disciplina del amor, el compromiso, el proyecto de vida… se convierten en el sexo fugaz.

Los jóvenes hacen hijos y viven juntos mientras dura la felicidad de la piel.

Los padres que piden el bautismo para sus hijos, sólo unos pocos están casados por la iglesia o ante el juez. La inmensa mayoría viven una unión provisional, sin proyecto, sin raíces, sin compromiso, sin fe en si mismos y sin fe en Dios.

Para bailar merengue se necesitan dos, tú y yo. Para hacer un matrimonio cristiano se necesitan tres, tú y yo y Dios.

Dios y su fidelidad, Dios y su amor, Dios y su perdón son el ingrediente que da sabor y hace posible la, a veces imposible, relación humana.

Dejemos responder a Jesús a la pregunta: ¿Puede el marido despedir a su esposa?

"Moisés escribió esta ley porque ustedes son duros de corazón…Pero la Biblia dice que en el principio...

La respuesta de Jesús va más allá de Moisés, más allá de las opiniones y más allá de las costumbres de sus contemporáneos.

La respuesta de Jesús se remonta al principio de la creación, al plan de Dios. Y en la mente de Dios, en este acto creador, Dios hizo al hombre y a la mujer para ser uno en dignidad, uno en el amor, uno en la transmisión de la vida, uno física y espiritualmente, uno para siempre.

Sólo los que poseen el Espíritu de Dios pueden entenderlo. "No es bueno que el hombre esté solo".

El ser humano, hombre y mujer, más que un ser que esté solo, es un ser incompleto y por lo tanto necesitado.

Necesitado de compañía para jugar a las cartas.

Necesitado de compañía para matar la soledad.

Necesitado de compañía para amar y hacer el amor.

Necesitado de compañía para vivir la fe.

Y algunos buscan y buscan y nunca encontrarán la compañía perfecta, el hombre o la mujer perfecta. Perfecto sólo es Dios. El amor perfecto sólo es Dios.

Y dejaremos de estar incompletos y necesitados de compañía cuando descansemos en Dios. Mientras tanto estamos llamados a vivir la aventura de nuestras soledades y de nuestros amores desde el plan creador de Dios, en fidelidad y amor.

El matrimonio es una gran vocación. Y la enseñanza de Jesús no es sí o no al divorcio, sino descubrir la aventura del amor en pareja.

El matrimonio no es sólo la llamada de la carne, del sexo, de lo incompleto es también la llamada de Dios a transmitir la vida y a vivir en un estado nuevo el amor de Dios y de los hermanos.

Es una vocación tan seria como la vocación al sacerdocio.

En el matrimonio eres don de Dios para tu pareja.

"El sacramento del matrimonio no celebra el flechazo, ni un modo de instalarse cómodamente en la sociedad, se celebra el amor, el encuentro con el otro, el afecto sereno, la confianza y la confidencia sin reserva, la comunicación, la aceptación y el conocimiento real. Se celebra la instalación en el amor con futuro, capaz de romper cualquier fisura. Se celebra el amor con deseo de totalidad, de entrega sin límites. Quien más capacidad de amor posee, más capacidad de servicio desarrollará. La dimensión humana y cristiana del amor no se agota en la relación afectiva, sino que implica el servicio a los demás".

En el cincuenta aniversario de su boda le preguntaron a Henry Ford por el secreto de su feliz matrimonio. Y éste contestó: "El mismo que el de la industria del automóvil, limitarte a un modelo".

¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?

Los judíos nunca tuvieron dudas sobre la indisolubilidad del matrimonio. Aceptaban la autoridad del Deuteronomio 24, 1-2 .

El único desacuerdo entre los fariseos radicaba en la interpretación de "algo vergonzoso". Para el rabino Shammai se trataba de un escándalo, el adulterio. Para el rabino Hillel era cualquier pequeño defecto como quemar la comida. Para otros simplemente cuando la mujer dejaba de ser atractiva.

Jesús se olvida de toda esta casuística para remontarse al libro del Génesis, al diseño de Dios. "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre".

Jesús trata a la mujer como persona.

Jesús no está interesado en principios legales sino en principios morales.

Los fariseos se fijaban en la ley y despreciaban el ideal.

En Europa y en América el gran problema es el divorcio y los siguientes matrimonios.

¿Debería la iglesia como hizo Moisés –por la dureza de vuestro corazón- encontrar una solución más blanda frente a la intransigencia de la indisolubilidad?

Muchos opinan que sí porque nosotros no somos mejores que los judíos del Antiguo Testamento.

La iglesia debe presentar siempre el ideal del evangelio de manera que se pueda ver como práctico y realista para los hombres de hoy.

 

HOMILÍA 2

 

LOS TRES DIVORCIOS


Nasrudin se encontró un día con un amigo y éste le dijo: “Estoy a punto de casarme. Soy muy feliz. ¿Y tú has pensado en casarte?


Cuando era joven solía pensarlo y lo deseaba ardientemente, pero decidí esperar hasta encontrar la mujer perfecta. Así que viajé a Damasco y allí encontré una mujer muy hermosa, amable y espiritual, pero estaba desconectada de las cosas del mundo. Viajé a Alejandría y encontré una joven que era espiritual y conocedora de los asuntos del mundo, pero no logramos comunicarnos bien. Finalmente fui al Cairo y allí encontré la mujer perfecta.


¿Y te casaste?, le preguntó el amigo.

Desgraciadamente no. Ella buscaba al hombre perfecto.


“No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él que le ayude”.
Es este uno de los primeros versículos de la Biblia. Siete veces dice Dios que todo era bueno. Pero había algo que no era bueno, la soledad del hombre y Dios puso fin a su soledad creando la mujer.


Los rabinos dicen que Dios no creó a Eva de la cabeza de Adán para que éste no la dominara y sometiera, tampoco la creó de sus pies para indicar que no era inferior, la creó de una de sus costillas para simbolizar que era su igual, su compañera, su necesidad vital. Los dos, unidos en la comunión sexual, serán una sola carne.


Así con la creación de la mujer culmina la creación de Dios.


El hombre es un ser social, existe desde un diálogo y vive en constante diálogo, incluso en la soledad.


Diálogo con Dios. Venimos a la iglesia a dialogar con Dios, a conectar con el origen y el final de nuestra vida. Es la mejor relación que tenemos los creyentes, siempre atentos a la voz del Espíritu. Diálogo que comienza el día de nuestro bautismo y continúa de manera perfecta y mejor después de la muerte ya que como no es bueno que el hombre esté solo viviremos con Dios la más perfecta y única relación importante en el cielo.


La ruptura de este diálogo con Dios es nuestro primer divorcio.


Diálogo con los otros. El amor, regalo de Dios, hace que las personas se abran a los otros, al otro. El hombre encuentra la mujer, no la mujer perfecta, y la mujer encuentra al hombre, no al hombre perfecto, y en diálogo de amor viven una relación, la relación matrimonial, el mandato de Dios de ser fecundos y dominar la tierra. 


Viven una unión de amor y de vida.


Cuando un hombre y una mujer se dicen públicamente “Si quiero!” no lo dicen a unos sentimientos efímeros y cambiantes sino a algo más profundo, a una fidelidad en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y las carencias hasta el final. No piensan sólo en recibir, instinto primordial, sino en dar, darse generosamente el uno al otro.


“Digamos que el amor es una aventura obstinada. El lado amoroso resulta necesario, pero no menos la obstinación. Aquello que cae ante el primer obstáculo, la primera divergencia seria o las primeras dificultades no es más que una desfiguración del amor. Un amor verdadero triunfa de forma duradera, a veces con dificultades, sobre los obstáculos que el lugar, el mundo y el tiempo pueden plantearle”. (Alain Badiou)


Los franceses dicen que “amour” rima con “toujours”. Decir “Te quiero” es decir “Te querré siempre, eternamente.


“Todos sabemos que decidir, sobre todo unilateralmente, el fin de un amor es siempre algo desastroso”.


A pesar de la obstinación del amor por durar, nos obstinamos también en preguntarnos como los fariseos en tiempos de Jesús y como los judíos en tiempos de Moisés: ¿Es legal para un hombre divorciarse de su mujer?


Según la letra de la ley de la Biblia y la letra de la ley de nuestros códigos, la respuesta es sí.


Según el espíritu de la ley, en el proyecto de Dios, “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.


Como Dios no se divorcia de sus hijos, el diálogo de los esposos no debe terminar. 


El divorcio es el fin del diálogo, es el funeral del amor, es el regreso a la soledad.


Hay matrimonios civiles, su escenario es el juzgado o el hotel. El juez está presente. Dios, el gran ausente.


Hay matrimonios en la iglesia, su escenario es el templo con flores y la música del órgano y los invitados perfumados. El cura está presente. Dios, el gran ausente.


Hay matrimonios ante Dios. Dios como testigo, como fuerza y como garantía de una obstinada duración. Matrimonios ante Dios. Estos no pueden terminar en divorcio.


Diálogo consigo mismo.


Ser para Dios, ser para los demás, vivir este diálogo para salir de la soledad del ser, pero sin olvidarse de uno mismo. 


Nosotros nos aceptamos como somos, nos amamos con nuestros defectos y nuestras cualidades, dialogamos en la profundidad del ser para vencer el narcisismo y superar los complejos destructivos.


Dejar de dialogar consigo mismo nos lleva al divorcio, a la depresión y al suicidio.
Tres diálogos, tres amores porque la relación es mejor que la soledad.

 

HOMILÍA 3

Nathaniel Hawthorne wrote two beautiful novels, The Scarlet Letter about adultery and The Birthmark about marriage and perfect beauty. The main character of the Bithmark marries a young woman, Georgina. She was so beautiful that she was almost perfect, except for a tiny birthmark on her cheek. After their marriage, Aylmer tells his wife that she is so near perfection that it is a shame to have something so small spoil her beauty. He became obsessed with her birthmark and the more he looked at her face the uglier he found it. Her face became a single physical flaw for both of them.

One day Aylmer told his wife that, as a chemist, he could prepare a potion that would dissolve the birthmark and leave her face perfect. She drank the potion and it seemed to slowly disappear. The miracle ended when she breathed her last.

Physical and moral perfection is only an illusion. We do not live in a perfect world or in a perfect body, and our necessary imperfections are the reason for change.

In today's Gospel the Pharisees are out to trap Jesus on the question of divorce. They are not interested in hearing what Jesus had to say, they knew better than Jesus.

They approached Jesus and asked, “Is it lawful for a husband to divorce his wife?”

He said to them in reply, “What did Moses command you?”

Moses permitted the divorce for serious reasons like adultery, and for the most trivial reasons like not being able to cook or for having a tiny birthmark on the face or for no reason at all.

Divorce was a very real issue for the Jews at the time of Jesus as it is today in our society and in our church.

People keep asking today, “Is it OK to get divorced?”. We are the OK gneration. In fact 70% of Americans believe that divorce, in general, is OK, is a morally acceptable choice.

We, like the Pharisees, have reasons for everything and we justify almost anything, even divorce.

The concept and content of marriage has changed many times throughout history, but its pupose remains the same.

Jesus who knows the whole Bible widens out the discussion recalling the creation story in Genesis.

Forget about Moses and all the human lawgivers, you obey God.

“But from the beginning of creation,
God made them male and female.
For this cause a man will leave his father and mother,
and will join to his wife,
and the two will become one flesh,
so that they are no longer two, but one flesh.
What therefore God has joined together,
let no man separate”.

Marriage is the first gift God gave humanity. Divorce is not part of God's plan.

And when two people come to church to celebrate their wedding, they come thinking and convinced that only death will be able to separate them.

They know that their first "I do" is easy to say, but they should know also that it takes a lot of "I do's" for a man and a woman to become husband and wife.

Do not be like the old couple that were married and the wife complained to her husband that he had not said that he loved her in a long time. He replied, "I told you once and if I change my mind I will tell you".

True, God hates when a marriage ends in divorce. Divorce is the end of a relationship between two people, but it is not the end of our relationship with God who loves and heals the brokenhearted. "Divorce is like an amputation, you survive it, but there is less of you".

Jesus often showed that people are more important than rules or laws. He did not condemn the woman caught in adultery. He offers her, and all of us who have failed many times, another opportunity to begin a new life.
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