HOMILÍA DOMINICAL - CICLO B

  Vigésimo segundo DOMINGO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio ...

   

 

 Escritura:

Deuteronomio 4, 1-2.6-8; Santiago 1, 17-18.21-22.27; Marcos 7, 1-8.14-15.21-23

EVANGELIO

En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras ( es decir, sin lavarse las manos). (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús: -¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?

Él les contestó: - Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos".

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. En otra ocasión llamó Jesús a la gente y les dijo: -Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hace al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

 

HOMILÍA 1

Un joven párroco se encontró con su congregación dividida. Durante la plegaria eucarística la mitad de los feligreses permanecían de pie y la otra mitad de rodillas. Cada grupo insistía en que su tradición era la verdadera.

Para solucionar, de una vez por todas, el gran conflicto, el joven párroco, con un miembro de los arrodillados y otro de los de pie, fueron a visitar al Obispo.

Sr. Obispo, ¿no es verdad que la tradición de arrodillarse durante la plegaria eucarística ha sido siempre la correcta? No, esa no fue siempre la tradición, contestó el Obispo.

Entonces, estar de pie fue y es la tradición correcta, dijo el miembro de los de pie.

No, contestó el Obispo, esa no fue la tradición.

Sr. Obispo, dijo el joven párroco, lo que tenemos es el caos; la mitad arrodillados y la otra mitad de pie.

Ahora sí, dijo el Obispo, esa fue siempre la tradición.

En las cosas y en las tradiciones de los hombres siempre habrá discusiones y pequeñas guerras. Nosotros hemos heredado múltiples tradiciones. Todas son hermosas y buenas, pero…

No podemos olvidar que todas esas tradiciones son medios para un fin.

Nuestra Eucaristía, nuestra presencia aquí, esta liturgia que juntos celebramos es un medio, sólo un medio. Lo importante, hermanos, es el fin.

Y el fin es dar honor y gloria a nuestro Dios y el fin es formar la iglesia de Cristo y el fin es vivir juntos el amor y compartirlo con los hermanos. Somos una sola familia, unida en lo esencial que es buscar la salvación para todos y con diferentes opiniones en lo no esencial, en las formas, en los medios. El fin siempre será caminar juntos hacia Dios.

El evangelio de Jesús, hoy, es buena noticia para nosotros.

No viene a imponernos ni viejas ni nuevas tradiciones.

No viene a enseñarnos a guardar las apariencias. No viene a dividirnos en arrodillados y de pie, ni a enfrentar grupo contra grupo, lengua contra lengua, no viene a enseñarnos nuevas formas de educación.

Jesús viene a recordarnos lo esencial, nuestro verdadero fin.

Jesús viene a recordarnos que lo importante no es lo que dicen los labios, sino lo que dice el corazón, la música del corazón. Jesús disfruta más con la música de tu corazón que con la de tus labios.

¿Qué música hay en tu corazón?

La música del odio, de la avaricia, del sexo, del adulterio, de la pereza…

Esas son las tradiciones que hacen de la comunidad un caos, un infierno, un lugar en el que Dios no está.

"Todas esas maldades salen del corazón y manchan al hombre" y hacen que nuestro culto a Dios sea también vacío y malo.

La buena noticia es que Jesús viene a purificar nuestros corazones para que de ellos brote el amor, el perdón, la felicidad, la generosidad, la alabanza, la justicia…

Todo eso también debe salir del corazón y hacernos a todos buenos.

El reto es dejarnos purificar para ser música que agrade a Dios y sirva para el goce y bien de los hermanos.

 

HOMILÍA 2

LA ESCLAVITUD DE LA LEY VERSUS LA LIBERTAD DEL ESPÍRITU

“Las normas sociales, las reglas y las convenciones dan seguridad y favorecen una conciencia tranquila. “Todos lo hacen” es la medicina preventiva más eficaz para una conciencia culpable”.  Ética Posmoderna

Cuentan que el famoso J.P. Morgan, uno de esos tiburones de los negocios, se reunió con su abogado para discutir un asunto importante. El abogado le dijo que lo que quería hacer iba en contra de la ley. Morgan le contestó: “Yo no le pago para que me diga lo que, según la ley, no puedo hacer. Le pago para que usted encuentre la manera de que yo pueda hacerlo sin tener que temer a los agentes de la ley.

En el libro del Deuteronomio hemos escuchado esta advertencia de Dios: “En el cumplimiento de los mandamientos del Señor, vuestro Dios, que os entrego hoy no añadiréis nada ni quitaréis nada de lo que os mando”.

Los diez mandamientos siguen vigentes en el siglo XXI. Pero todos nosotros somos el Sr. Morgan y tenemos nuestro abogado, el Satán, que nos aconseja cómo quebrantarlos y no sentir culpabilidad o remordimiento.

Los mandamientos más que un obstáculo a nuestro crecimiento y felicidad son el manual para manejar mejor nuestros asuntos cotidianos y poder vivir en paz con Dios, con los otros y con nosotros mismos.

El evangelio de este domingo no se refiere a esta ley, que más que venida de afuera anida en el corazón del ser humano y que los hombres, con más o menos acierto, nos esforzamos en cumplir.

El evangelio de hoy mira con desdén y pena las pequeñas batalla que se libran en todas las religiones, en todas las iglesias y en las pequeñas comunidades. Batallas que giran en torno a ritos, hábitos, interpretaciones, símbolos, ayunos, celibato, lugar de las mujeres en la liturgia…En definitiva, todo lo que es legislación humana ha sido, es y será discutible, ya venga del Vaticano, del Obispado o del párroco de turno.

¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de sus mayores y comen con las manos impuras?

Pregunta farisaica de los fundamentalistas de todas las épocas.

La respuesta de Jesús, según el evangelio de Marcos, suena muy bien a los oídos de todos los iconoclastas. Jesús se nos antoja mucho más moderno que todos los liturgistas preocupados por lo ritualmente correcto. Jesús no es correcto ni en lo religioso, ni en lo social. Jesús está por encima de toda corrección al uso. Los fariseos pretenden ser más religiosos que Dios.

La religión, conjunto de creencias, doctrinas y ritos, es para los fariseos de ayer y de hoy el sustituto de Dios. Las tradiciones humanas son más importantes que el mandamiento de Dios, Amar.

El deber, el cumplimiento acrítico, sustituye a la única ley que rige la vida de los hijos de Dios, el Amor.

Esta cacofonía ritualista, letra versus espíritu, mandamiento de Dios versus leyes humanas, sigue confundiéndonos desde el principio de la Iglesia. Los cristianos judíos estaban apegados a Moisés y su legislación que todo lo abarcaba. Los cristianos gentiles se apegaron a Jesús y no quisieron someterse al yugo de la ley de Moisés.

Gracias a San Pablo se libraron, nos libramos al menos, de la circuncisión de la carne.

Ser cristiano es estar apegado a Jesús. A Jesús no le interesa el exterior, Su preocupación no son los ritos que hacemos cada día. A Jesús le interesa el corazón, para que circuncidado y reconciliado sirva a Dios y a los hermanos.

Lo que sale del corazón es lo que envenena la religión, la convivencia social y familiar.

Lo que sale del corazón tiene que agradar a Dios y transformar las relaciones humanas.

“Los santos son santos porque no se esconden tras los anchos hombros de la ley. Saben, o siente, o actúan como si sintieran que ninguna ley, por generosa o humana que sea, puede agotar el deber moral, trazar las consecuencias de “ser para” hasta su extremo más radical, hasta la elección última de vida o muerte” (Ética posmoderna, pg 82)

Pilatos se lavó las manos y según una leyenda, atribulado e inquieto, se levantaba todas las noches a lavarse las manos sin lograr apagar la pesadilla que le perseguía. ¡Y si hubiera lavado su corazón?

HOMILÍA 3

A man was listening to the radio one night when it was reported that a car was going in the wrong direction on the freeway. The man knew his wife was on that freeway and became very concerned so he called her on her cell phone. She answered and he said, “Dear, there is one car going in the wrong direction on the freeway. Be careful. She exclaimed, “There are hundreds of cars going in the wrong direction”.

She believed she was the only one going in the right direction, the other cars were all driving on the wrong lane.

According to the Gospel we have just proclaimed, the Pharisees thought that Jesus and his disciples were travelling in the wrong direction, only they were right, only they were following the tradition of the elders, only they were serving the Living God.

To be always right is a very dangerous thing.

Only God is always right.

For the Pharisees the letter of the Law was, and still is, there are many Pharisees in the church, the only thing, for Jesus the spirit of the Law is the most important thing.

Traditions in themselves are good , but, there is always a but when we deal with “human tradition”.

Remember what Jesus said: “You have heard that it was said to your ancestors: you shall not kill, you shall not commit adultery, do not take a false oath...but I say to you”...

According to Jesus to keep the letter of the Ten Commandments is not enough, the spirit of the Ten Words is much more demanding, only the spirit leads to perfection. Needless to say that washing the hands and the other rules are small change, pennies on the floor you ignore.

Even Jesus in the sermon of the mount reminds us that to keep the letter of the Law is only the beginning, the road to holiness is beyond every human tradition.

Soap and water is enough to wash my hands, but soap and water will not fix the problem that I have on the inside. Traditions focus on the external and not on a connection with God. Traditions come from behavior, what we do and how we do it, but God sees more. God sees inside, It is my heart, not my hands, God wants clean. God loves me with my dirty hands if used in the service of others.

It is not what I look like, but who I really am inside that counts with God.

We live in a world where we can discuss and talk endlessly about the "inner beauty", those two empty words many people do not care about because TV and magazines show us and are interested only in the "outside beauty". For us, inner beauty means perfect relationship with God, a state of grace.

Society values beauty, the ouside, the appearances, and people are ready to suffer, to sacrifice their health, and their happiness for beauty itself.

If you want to keep fit go to the local gym for 70 bucks, if you are not happy with your nose, plastic surgery will fix it, if you do not like your grey hair, use Just for Men, if... Be always 21.

Our local church is many things, but it has to become our local gym.

Here we exercise our ears when we listen to the Word of God.

Here we exercise our voices when we sing the praises of God.

Here we exercise our hearts when we turn them to God and neighbor.

Here we exercise our hands when we clap for the Lord.

Here we satisfy our hunger when we eat the body of Christ and drink his blood.The only food that enters from the outside and purifies us.

Jesus is always seeking beneath the surface, under the outward mask and into the heart.

It would be a mistake for us to view our relationship with God in terms of what we do, the rituals we perform, the traditions we keep, and neglect all the evils that come from within.

It was Jesus' freedom from the traditions of the elders, fredom from a dead past, that drew people to him.

In Jesus I find freedom, forgiveness, and salvation.