OBAMA SUPERSTAR

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

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Walt Whitman, un cosmos, es el padre de América, el poeta del yo cósmico, el predicador sensual y espiritual: “Divino yo soy por dentro y por fuera, y hago santo todo lo que toco o por todo lo que soy tocado”, canta en Song  of Myself.

El yo de Obama, divinizado por los europeos, chirría en la América blanca, heredera del poder desde el día primero.

El yo de Obama, magnificado por toda la tierra, proclama con sospechosa humildad: “No creo que merezca estar en la compañía de tantas figuras transformadoras que han sido honradas con este premio, hombres y mujeres que me han inspirado a mí y al mundo a través de su valiente búsqueda de la paz”.

Algunos, los de Fox News y la derecha conspiradora, piensan que debería haber dicho “no”. Es un premio a un yo Superstar, a un orador poderoso en palabras, pero escaso en obras. Decir no a cinco noruegos desconocidos no es ninguna descortesía. Creen que un día se arrepentirá de no haber dicho “no”.

Para otros no es un premio al yo de Obama sino al nosotros. We the people, nosotros el pueblo hartos de la tiranía apocalíptica de Bush, nosotros hemos rechazado la historia escrita y dirigida por los blancos y hemos elegido un presidente joven, negro y carismático para barrer la Casa Blanca y el país entero.

Es el Nobel del nosotros.

“En nuestro poder está el que el mundo vuelva a comenzar”, escribía Tom Paine en los orígenes del país.

Son muchos los que piensan que tener nuevas esperanzas, grandes sueños, palabras poderosas e ilusiones luminosas es ya un futuro REALIZADO.

El yo de Obama Superstar recibe el Nobel de la Paz como “a call to action”, una llamada a la acción, a enfrentarse con los retos del siglo XXI en compañía de todos los países de la tierra.

Thorbjorn Jagland, chairman del comité noruego del Nobel, ante las críticas recibidas, ha respondido a los que dicen que el premio es demasiado premio y concedido demasiado pronto a la joven presidencia de Obama: “Obama recibe el premio por lo que ya ha hecho”.

Yo acogí la noticia sorprendido pero con gran alegría.