Escritura: Deuteronomio 5, 12-15; 2Corintios 4, 6-11; Marcos 2, 23-3,6

ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y hermanas, a la celebración de la Eucaristía.

Dios bendice nuestro trabajo y bendice también nuestro descanso.

Hoy, día del Señor, día del descanso dominical, nos reunimos para proclamar el amor de Dios y celebrar la alegría de vivir.

Celebremos nuestra fiesta con la oración y con cantos.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

Dios declaró el sábado santo y día de descanso.

Nosotros descansamos para estar con Dios, para reflexionar y para estar con los hermanos en la fe y formar la comunidad cristiana.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

El amor de Dios lo llevamos en vasijas de barro, nuestros frágiles cuerpos, los tenemos que cuidar mediante el descanso necesario para nuestro bienestar físico y espiritual.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

El domingo es para nosotros una bendición.

Nos recuerda no sólo quienes somos sino de quien somos. 

El domingo es el día en que estamos llamados a vivir la primacía del amor.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

1. Oremos por todos los que domingo tras domingo nos reunimos en familia cristiana, para que nos sintamos recreados, alimentados e inspirados por la celebración de la eucaristía.

2. Oremos para que nuestra parroquia viva el domingo como regalo de Dios para sus hijos y para fortalecer los lazos familiares.

3. Oremos para que nuestro culto a Dios sea una fiesta del corazón y no una triste obligación.

4. Oremos para que todos los trabajadores tengan tiempo de descanso y salarios justos.

5. Oremos por todos los difuntos y (nombres…) para que descansen en la paz y el amor de Dios.