MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A

 Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Levítico 19, 1-2.17-18; Corintios 3, 16-23;
Mateo 5, 38-48

ENTRADA

Bienvenidos todos a la fiesta de la Eucaristía. Hoy, la Palabra de Dios nos habla a los cristianos de cosas muy importantes: de las condiciones para ser discípulos de Jesús, de ser templos del Espíritu, de la bondad de Dios para con todos y de nuestro comportamiento con los hermanos.

Celebremos con fe esta fiesta. Escuchemos con atención estas palabras. Y cantemos con el corazón las alabanzas de nuestro Dios.

PRIMERA LECTURA

"Sean santos" dice Dios.

Nos los dice a nosotros, hombres y mujeres, abrumados por el peso del diario vivir.

A nosotros, pecadores, que no nos atrevemos a levantar los ojos.

No se asusten. Ser santo es fácil si contamos con la ayuda del único santo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Sean santos porque Dios quiere alojarse en su vida, en su templo, en su ser.

Sean santos porque no son posesión de ningún hombre, son posesión de Dios.

Sean santos porque son de Dios.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

La nueva Ley de Jesús es la ley de la perfección. Es la Ley del más, del amor abierto a todos, es el nuevo ser, es la Ley del Espíritu que lucha en nosotros para liberarnos del egoísmo y del mal.

Vivir bajo la Ley de Cristo es vivir en la libertad.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Por la Iglesia, santa y pecadora, para que fiel a su Señor, nos enseñe a todos el camino de la santidad.

  2. Por los gobernantes de las naciones para que protejan las vidas y el bienestar de todos los ciudadanos.

  3. Por todas las comunidades cristianas y especialmente por la nuestra para que todos nos empeñemos en seguir los caminos de Dios.

  4. Por los niños y jóvenes de nuestra comunidad y por sus padres para que juntos dialoguen, oren y descubran el amor de Dios.

  5. Por los difuntos de nuestra comunidad y (nombres) para que descansen en los brazos amorosos de Dios nuestro Padre.