MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Quinto Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Job 7, 1-4.6-7; 1 Corintios 9, 16-19.22-23;
Marcos 1, 29-39

ENTRADA

Bienvenidos todos a la asamblea de los hijos de Dios.

El Señor nos predica y enseña el camino para que vayamos alegres hacia la casa del Padre.

Todos buscaban al Señor. Cada uno tenía una razón para buscarle.

Hoy, el pueblo del Pilar viene a celebrar y alabar a su Señor. Guiados por el Espíritu busquemos y cantemos las alabanzas del Señor.

Juntos entonamos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Job, un hombre cualquiera, ha sufrido mucho sin saber por qué.

¿Por qué permite Dios que sufran los buenos?

La aventura de Job es también, a veces, la nuestra. Las desgracias nos visitan sin más.

Dios responde a nuestras preguntas a través de Jesucristo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Pablo, animado por la fuerza del Señor, intenta servir a todos y llegar a todos a través de la predicación del evangelio. Pablo no quiere instruirnos, quiere despertar nuestro interés por las cosas de Dios y de la salvación.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Jesús nos manifiesta a un Dios compasivo y que actúa con amor.

Jesús participa de nuestros sufrimientos, sufre con nosotros, sana nuestras heridas y nos enseña a sufrir con él.

Jesús sigue expulsando los demonios de nuestro corazón y predicándonos el amor.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia, para que todos los cristianos, a pesar de las pruebas y dificultades, nos mantengamos firmes en la fe.

  2. Oremos para que el Señor dé esperanza y valor a todos los que sufren hambre, falta de trabajo o de libertad y nosotros seamos agentes del cambio social.

  3. Oremos por los enfermos para quienes la vida se ha convertido en un peso insoportable, para que encuentren sentido a su sufrir en Cristo crucificado.

  4. Oremos por  los difuntos de nuestras familias y (nombres…) para que el Señor los siente en la mesa del banquete celestial.