MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

1 Samuel 3, 3-10.19; 1 Corintios 6,13-15.17-20;
Juan 1, 35-42

ENTRADA

Bienvenidos a la fiesta del Señor y de la comunidad. Es la hora de escuchar al Señor y de sentarse a su mesa. Es el día de juntarse los hermanos en la fe y abrir el corazón a la llamada que Dios nos hace.

La llamada de Dios se dirige a cada uno de nosotros y espera nuestra respuesta.

Todos llamados pero ninguno es llamado en solitario sino desde y para la comunidad.

Dios está aquí, esperándote, esperándonos. Lo saludamos con el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Dios llamó a Samuel mientras dormía pero no reconoció su voz. Y pasó la noche con el oído abierto para escuchar el mensaje de Dios.

Nuestra vida es una escucha incesante de noticias. Aquí venimos a escuchar la mejor noticia, el secreto de Dios y la historia de la salvación.

A nosotros nos toca decir, hoy: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

San Pablo nos invita a dar gloria a Dios con todo nuestro ser.

Como seguidores de Cristo, somos como Cristo en el cuerpo y en el espíritu. Ya no nos pertenecemos del todo. Somos para Cristo y para los demás.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Jesús llamó a sus discípulos a seguirle. Jesús, hoy, nos llama a nosotros, nos invita a quedarnos con Él y quiere que en su nombre sigamos llamando a otros.

La historia de la Iglesia es la historia de la llamada de Dios y de la respuesta de los hombres.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia para que todos los creyentes sean conscientes de la presencia de Cristo y de su gracia que actúa en medio de ellos.

  2. Oremos por todos los cristianos para que en su trabajo de cada día sean ejemplo para los demás y lleguen a sentir y oír la voz de Cristo con mayor claridad.

  3. Oremos por los que se sienten inútiles y desplazados en la sociedad para que sepan que tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios.

  4. Oremos por los ancianos, los enfermos, los que viven solos, los enganchados a la droga y los encarcelados para que escuchen la voz de Cristo que los ama.

  5. Oremos por los jóvenes de nuestra comunidad para que si escuchan la llamada del Señor al sacerdocio la acojan y respondan con generosidad.

  6. Oremos por los difuntos de la parroquia y (nombres…) para que descansen en la paz y felicidad del Reino de Dios.