MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO C

Vigésimo noveno DOMINGO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Éxodo 17, 8-13; 2 Timoteo 3, 14-4,2; Lucas 18, 1-8

ENTRADA

Bienvenidos todos al área de descanso para escuchar y hablar con Dios Padre.

Para Dios nuestra vida entera es como un suspiro pero muy importante. Dios lo toma muy en serio y escucha el relato entero de nuestra vida.

Cada domingo, Dios escucha el suspiro de su pueblo reunido para expresarle nuestra gratitud y nuestro amor.

Oremos y cantemos juntos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

El pueblo de Dios lucha por sobrevivir en el desierto. Gracias a la persistente oración de Moisés Dios salva a su pueblo.

¿Nosotros, cuándo sentimos la necesidad de rezar? ¿Sólo en la necesidad?

Siempre estamos en las manos de Dios. Toda nuestra vida debiera ser una oración.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

La Palabra de Dios que proclamamos es la mejor fuente que tenemos para anunciar el mensaje y para corregir nuestros errores.

Hoy, se nos invita de una manera especial a escuchar, amar y servirnos de La Escritura.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

¿Orar siempre? Algunos dirán, el Señor no sabe lo que dice. ¿Y trabajar y divertirse y descansar?

A los que no creen mucho en la oración, hoy les invitamos a orar con los hermanos y en comunidad.

Escuchemos la proclamación del Evangelio

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia y por todos los que la formamos para que nuestra oración a Dios Padre sea cada día más desinteresada y más confiada. Roguemos al Señor.

  2. Oremos por los gobernantes de las naciones para que hagan la vida de sus ciudadanos más humana, más amable y más participada.

  3. Oremos por los niños y los jóvenes para que no se alejen de la iglesia y encuentren en Cristo razones para vivir alegres y confiados.

  4. Oremos por todos los que sufren enfermedad y soledad, por los que se sienten cansados y desanimados, por todos los pobres, para que el Señor les dé paz y nosotros les ayudemos con nuestros bienes y nuestra oración.

  5. Oremos por todos los difuntos (nombres) para que el Dios de la vida les conceda a todos vivir en el mundo de los vivos y salvados.